Pregunta

¿Quién fue Friedrich Schleiermacher?

Respuesta
Friedrich Daniel Ernst Schleiermacher (1768–1834) fue un influyente filósofo que abrió el camino para el liberalismo teológico moderno. Schleiermacher nació en Breslaw, Alemania, y era hijo de un capellán del ejército prusiano que se volvió pietista cuando Friedrich era un niño. A los 15 años fue enviado a un internado moravo. Durante ese tiempo, Friedrich comenzó a experimentar dudas acerca de la fe cristiana y sintió que los moravos no tenían respuestas a sus preguntas. Inició sus estudios universitarios en la Universidad de Halle, una institución que promovía el racionalismo por encima del pietismo. Allí, Schleiermacher se volvió escéptico y abandonó el cristianismo ortodoxo.

En enero de 1787, Friedrich Schleiermacher escribió una carta a sus padres explicando su postura: "No puedo creer que aquel que se llamó a sí mismo el Hijo del Hombre fuera el verdadero Dios eterno; no puedo creer que su muerte haya sido una expiación sustitutiva, porque Él nunca lo dijo expresamente; y no puedo creer que haya sido necesario, porque Dios, quien evidentemente no creó al hombre para la perfección sino para su búsqueda, no puede pretender castigarlo eternamente por no haberla alcanzado".

Aunque ya no era ortodoxo, Schleiermacher seguía interesado en la religión y en el pensamiento y la práctica religiosa. Llegó a ser capellán en un hospital, pastor y profesor de teología y religión. Además, fue un filósofo que leyó y enseñó ampliamente sobre psicología, ética, estética, arte, política, lenguaje, interpretación y traducción. Su traducción alemana de las obras de Platón se utilizó durante 200 años.

En 1799, Schleiermacher publicó quizás su obra más conocida e influyente, Sobre la religión: discursos a sus menospreciadores cultos. En este libro intentó reconciliar las críticas del Iluminismo hacia el cristianismo con el protestantismo tradicional. Este intento le ha valido a Schleiermacher el título de "padre de la teología liberal moderna". En términos generales, el término liberal suele contraponerse al conservador. Mientras los conservadores buscan conservar (preservar, mantener) las posturas del pasado, los liberales se interesan por abrazar nuevas ideas. Los conservadores teológicos desean mantener y preservar las doctrinas que la iglesia ha sostenido desde el principio ("la fe que ha sido una vez dada a los santos", Judas 1:3). Los liberales teológicos, en cambio, buscan desarrollar nuevas ideas para reemplazar aquellas que ya no están de moda. De esta forma, muchos liberales esperan "salvar" el cristianismo de la irrelevancia o la desaparición. Lamentablemente, muchas de las ideas que dejan de estar de moda (ya sea hoy o en el siglo XVIII) son las doctrinas centrales del cristianismo, como la Trinidad, la deidad de Cristo, la depravación humana, la expiación y la necesidad de salvación en Cristo. En su intento por salvar el cristianismo de sus "menospreciadores cultos" (los escépticos románticos e ilustrados), Schleiermacher argumentó que muchas de estas doctrinas fundamentales no eran esenciales para la fe y podían ser descartadas sin problema.

Debido a su trabajo en interpretación y traducción, Schleiermacher también es conocido como el "padre de la hermenéutica moderna". Los evangélicos hoy en día aún mantienen varios de los principios que él articuló, los cuales aplicó no solo a la Biblia sino a todos los textos escritos. Schleiermacher enfatizó la importancia de comprender el contexto histórico y procuró interpretar dentro de las limitaciones del lenguaje del texto y a la luz del contexto más amplio al que pertenece un pasaje. También reconoció que existen grandes diferencias conceptuales entre el texto original y el idioma receptor. La interpretación y la traducción son, según él, tanto un arte como una ciencia.

Friedrich Schleiermacher fue un brillante erudito, pero lamentablemente no pudo aceptar aquello que su intelecto y su razón no podían dominar. Como resultado, rechazó el verdadero cristianismo, aun cuando afirmaba estar tratando de salvarlo. Abrió la puerta para que otros cuestionaran o rechazaran las doctrinas cristianas más básicas mientras seguían afirmando ser cristianos fieles. Esta tendencia sigue siendo popular hoy, al igual que la idea de que, para que el cristianismo sobreviva, debe cambiar con los tiempos.