Pregunta
¿Quién era Filón de Alejandría?
Respuesta
Filón de Alejandría, también conocido como Filón el Judío, fue un filósofo del siglo I que nació entre los años 15 y 30 a. C. en Alejandría, Egipto. Miembro de la diáspora judía, recibió una educación judía y griega, lo que le otorgó un estatus impresionante en una ciudad no judía como Alejandría. Según la tradición bíblica, el sobrino de Filón, Marcos, se casó con Berenice, hija de Herodes Agripa I (Hechos 25:13, 23; 26:30).
En su obra La vida contemplativa, Filón menciona su participación en una secta monástica judía en el lago Mareotis. En el segundo fragmento de Sobre la providencia, Filón comenta que se encontraba en "la ciudad de Siria, a orillas del mar, llamada Ascalón... Estaba allí, en el momento en que me dirigía al templo de mi tierra natal con el propósito de ofrecer allí oraciones y sacrificios". Esto ocurrió antes de otro episodio importante en la vida de Filón, su encuentro con el emperador romano Calígula (a veces conocido simplemente como Cayo) en el año 39 d. C. (Contra Flaco y La embajada a Cayo). Esto se debió a que fue elegido por una embajada judía para enfrentarse al emperador tras la introducción por parte de Calígula de sus estatuas en las sinagogas judías.
En las Antigüedades de los Judíos de Josefo (18.8.1), el conocido historiador judío señala que "Filón, el principal de la embajada judía, un hombre eminente en todos los aspectos, hermano de Alejandro el alabarca, y no poco hábil en filosofía, estaba dispuesto a presentarse para defenderse de esas acusaciones, pero Cayo se lo prohibió y le ordenó que se fuera; además, estaba tan furioso que parecía que iba a hacerles un gran daño. Así que Filón se sintió afrentado, salió y dijo a los judíos que estaban a su alrededor que tuvieran valor, ya que las palabras de Gayo mostraban ciertamente ira contra ellos, pero en realidad ya había puesto a Dios en su contra". Rumores posteriores cuentan que Filón conoció al apóstol Pedro (Historia Eclesiástica de Eusebio, libro II, capítulo XVII), mientras que comentaristas cristianos como Jerónimo, Casiodoro e Isidoro de Sevilla creían que el misterioso autor de la apócrifa La Sabiduría de Salomón pudo haber sido Filón. Pero esta teoría es poco más que una especulación. A pesar de que hay mucha información sobre la vida de Filón, no parece haber información sobre su muerte (que la tradición sugiere que ocurrió en el año 50 d.C.), por lo que solo se puede especular con una muerte natural o a manos de Roma.
Es durante los primeros años de Filón cuando su interés y conocimiento del pensamiento estoico y platónico creció y comenzó a construir, según él mismo declaró, una comprensión más clara de la Septuaginta (la traducción griega de la Biblia hebrea). Filón creía que era una historia de su pueblo y de Dios, que exigía al lector realizar una interpretación alegórica. La filosofía era un aspecto importante del pensamiento de Filón, convirtiéndose en una herramienta con la que estableció una interpretación más clara de la teología de la que tanto él como sus antepasados habían formado parte durante varios siglos. Durante una lectura alegórica de la Septuaginta, la interpretación fundamental de Filón fue que las Escrituras hebraicas y la filosofía griega no solo eran compatibles, sino que revelaban la superioridad de la ética judía. Filón no creía que todas las historias de la Septuaginta fueran literalmente reales, sino que estaban construidas de la misma manera que los textos griegos como La Ilíada y La Odisea.
Dado que Filón escribió varios libros, podemos formular varias doctrinas principales que surgen del conjunto de su obra. Una sería la doctrina de Moisés, en la que es evidente que Filón considera a Moisés no solo una figura histórica real que escribió los cinco primeros libros del Antiguo Testamento, sino una figura celestial por su papel en la distribución de la Ley al pueblo judío directamente de Dios. Filón escribió mucho sobre Moisés y lo interpretó como el filósofo supremo del que partió toda la filosofía, en particular la griega. Otra sería la doctrina de la Creación, en la que Filón impone el creacionismo bíblico en un contexto griego. Filón plantó las semillas de lo que más tarde evolucionaría hasta convertirse en el concepto de creación ex nihilo, un concepto implícitamente enunciado en Hebreos 11:3. Luego estaba la doctrina del logos.
Al leer la forma en que Dios dicta en Génesis 1 (en particular diciendo "nosotros" en Génesis 1:26) y prefigurando Juan 1 en el que la "Palabra" (el griego siendo logos), Filón es inflexible en que la creación fue creada por el logos, que, si bien es una parte del ser de Dios, es individualista. Aunque su célebre idea del logos no era totalmente nueva, Filón personificó el término. Filón creía que el logos daba a conocer a Dios, como se cita en Preguntas en Éxodo 25.22. La doctrina del hombre también es evidente. Filón no era adverso al dualismo y la idea de que las naturalezas material e inmaterial del hombre eran concluyentes (como también creía Platón) y que a través de Dios esta unión será pacífica y fue intencional. Esto también refuerza la conclusión de que, al igual que la serpiente en el Edén corrompió lo físico, la humanidad debe centrarse en la relación espiritual (e intelectual) con Dios.
Resulta algo difícil evaluar la importancia de Filón en un contexto contemporáneo, ya que hoy en día pocos cristianos de la corriente dominante han oído hablar de él. Quizá la mayor contribución de Filón a la teología cristiana, además de ser un biblista judío tan destacado en el Occidente emergente, es que fue uno de los primeros en iniciar una fuerte lectura alegórica de las Escrituras. Aunque no toda la Escritura debe leerse de este modo, hay una clara alegoría en muchos libros del Antiguo y del Nuevo Testamento (desde Daniel hasta el Apocalipsis), y Filón fue uno de los primeros en hacer hincapié en este enfoque y en desconfiar de leerlo todo literalmente. Esta técnica de exégesis era única para su época, y Filón podría ser declarado uno de los primeros comentaristas bíblicos de la historia. De hecho, su enfoque alegórico de las Escrituras influyó posteriormente en teólogos cristianos como Clemente, Orígenes y Dídimo el Ciego. Sus lecturas alegóricas del Antiguo Testamento sentaron las bases para que los teólogos del futuro consideraran lecturas no literales de los textos y, aunque el cristianismo actual puede rebatir algunas de las interpretaciones de Filón, su enfoque puso de relieve la naturaleza implícita de los textos bíblicos y contribuyó a ser pionero de la crítica bíblica.
En su obra La vida contemplativa, Filón menciona su participación en una secta monástica judía en el lago Mareotis. En el segundo fragmento de Sobre la providencia, Filón comenta que se encontraba en "la ciudad de Siria, a orillas del mar, llamada Ascalón... Estaba allí, en el momento en que me dirigía al templo de mi tierra natal con el propósito de ofrecer allí oraciones y sacrificios". Esto ocurrió antes de otro episodio importante en la vida de Filón, su encuentro con el emperador romano Calígula (a veces conocido simplemente como Cayo) en el año 39 d. C. (Contra Flaco y La embajada a Cayo). Esto se debió a que fue elegido por una embajada judía para enfrentarse al emperador tras la introducción por parte de Calígula de sus estatuas en las sinagogas judías.
En las Antigüedades de los Judíos de Josefo (18.8.1), el conocido historiador judío señala que "Filón, el principal de la embajada judía, un hombre eminente en todos los aspectos, hermano de Alejandro el alabarca, y no poco hábil en filosofía, estaba dispuesto a presentarse para defenderse de esas acusaciones, pero Cayo se lo prohibió y le ordenó que se fuera; además, estaba tan furioso que parecía que iba a hacerles un gran daño. Así que Filón se sintió afrentado, salió y dijo a los judíos que estaban a su alrededor que tuvieran valor, ya que las palabras de Gayo mostraban ciertamente ira contra ellos, pero en realidad ya había puesto a Dios en su contra". Rumores posteriores cuentan que Filón conoció al apóstol Pedro (Historia Eclesiástica de Eusebio, libro II, capítulo XVII), mientras que comentaristas cristianos como Jerónimo, Casiodoro e Isidoro de Sevilla creían que el misterioso autor de la apócrifa La Sabiduría de Salomón pudo haber sido Filón. Pero esta teoría es poco más que una especulación. A pesar de que hay mucha información sobre la vida de Filón, no parece haber información sobre su muerte (que la tradición sugiere que ocurrió en el año 50 d.C.), por lo que solo se puede especular con una muerte natural o a manos de Roma.
Es durante los primeros años de Filón cuando su interés y conocimiento del pensamiento estoico y platónico creció y comenzó a construir, según él mismo declaró, una comprensión más clara de la Septuaginta (la traducción griega de la Biblia hebrea). Filón creía que era una historia de su pueblo y de Dios, que exigía al lector realizar una interpretación alegórica. La filosofía era un aspecto importante del pensamiento de Filón, convirtiéndose en una herramienta con la que estableció una interpretación más clara de la teología de la que tanto él como sus antepasados habían formado parte durante varios siglos. Durante una lectura alegórica de la Septuaginta, la interpretación fundamental de Filón fue que las Escrituras hebraicas y la filosofía griega no solo eran compatibles, sino que revelaban la superioridad de la ética judía. Filón no creía que todas las historias de la Septuaginta fueran literalmente reales, sino que estaban construidas de la misma manera que los textos griegos como La Ilíada y La Odisea.
Dado que Filón escribió varios libros, podemos formular varias doctrinas principales que surgen del conjunto de su obra. Una sería la doctrina de Moisés, en la que es evidente que Filón considera a Moisés no solo una figura histórica real que escribió los cinco primeros libros del Antiguo Testamento, sino una figura celestial por su papel en la distribución de la Ley al pueblo judío directamente de Dios. Filón escribió mucho sobre Moisés y lo interpretó como el filósofo supremo del que partió toda la filosofía, en particular la griega. Otra sería la doctrina de la Creación, en la que Filón impone el creacionismo bíblico en un contexto griego. Filón plantó las semillas de lo que más tarde evolucionaría hasta convertirse en el concepto de creación ex nihilo, un concepto implícitamente enunciado en Hebreos 11:3. Luego estaba la doctrina del logos.
Al leer la forma en que Dios dicta en Génesis 1 (en particular diciendo "nosotros" en Génesis 1:26) y prefigurando Juan 1 en el que la "Palabra" (el griego siendo logos), Filón es inflexible en que la creación fue creada por el logos, que, si bien es una parte del ser de Dios, es individualista. Aunque su célebre idea del logos no era totalmente nueva, Filón personificó el término. Filón creía que el logos daba a conocer a Dios, como se cita en Preguntas en Éxodo 25.22. La doctrina del hombre también es evidente. Filón no era adverso al dualismo y la idea de que las naturalezas material e inmaterial del hombre eran concluyentes (como también creía Platón) y que a través de Dios esta unión será pacífica y fue intencional. Esto también refuerza la conclusión de que, al igual que la serpiente en el Edén corrompió lo físico, la humanidad debe centrarse en la relación espiritual (e intelectual) con Dios.
Resulta algo difícil evaluar la importancia de Filón en un contexto contemporáneo, ya que hoy en día pocos cristianos de la corriente dominante han oído hablar de él. Quizá la mayor contribución de Filón a la teología cristiana, además de ser un biblista judío tan destacado en el Occidente emergente, es que fue uno de los primeros en iniciar una fuerte lectura alegórica de las Escrituras. Aunque no toda la Escritura debe leerse de este modo, hay una clara alegoría en muchos libros del Antiguo y del Nuevo Testamento (desde Daniel hasta el Apocalipsis), y Filón fue uno de los primeros en hacer hincapié en este enfoque y en desconfiar de leerlo todo literalmente. Esta técnica de exégesis era única para su época, y Filón podría ser declarado uno de los primeros comentaristas bíblicos de la historia. De hecho, su enfoque alegórico de las Escrituras influyó posteriormente en teólogos cristianos como Clemente, Orígenes y Dídimo el Ciego. Sus lecturas alegóricas del Antiguo Testamento sentaron las bases para que los teólogos del futuro consideraran lecturas no literales de los textos y, aunque el cristianismo actual puede rebatir algunas de las interpretaciones de Filón, su enfoque puso de relieve la naturaleza implícita de los textos bíblicos y contribuyó a ser pionero de la crítica bíblica.