Pregunta: "¿Estará el Espíritu Santo presente durante la tribulación?"
Respuesta:
El tema de que el Espíritu Santo no esté presente durante la tribulación es el resultado de una mala interpretación de 2 Tesalonicenses 2:7, que dice: "Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio". Justo ahora, antes de la tribulación, uno de los ministerios del Espíritu Santo es detener el mal. En los versículos 8 y 9, aprendemos que el poder restrictivo del Espíritu Santo frena al "inicuo" (Anticristo) para que no se revele antes de que Dios lo quiera. El pasaje dice que el Espíritu Santo ya no detendrá el aumento del mal, pero eso no significa que no tendrá ningún ministerio.
En Hechos 1:4-5, Jesús promete que Sus discípulos pronto serían "bautizados con el Espíritu Santo". En el capítulo 2 de Hechos, la promesa de Jesús se cumple. En los versículos 38 y 39, está escrito que "Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare".
La permanencia del Espíritu Santo se asegura para cada creyente que ha nacido de nuevo, y en ninguna parte de la Escritura se anula esa promesa. La regeneración es la obra del Espíritu; sin Él, nadie se salva. Si el Espíritu no estuviera presente durante la tribulación, nadie podría ser salvo. Sin embargo, el hecho es que una multitud que nadie puede contar se salvará durante la tribulación (Apocalipsis 7:9-14). Por lo tanto, aquellos que vienen a Jesús durante el período de la tribulación también recibirán la presencia del Espíritu Santo. Denle gloria a Dios por hacer esa provisión, porque los santos de la tribulación necesitarán la guía y la dirección del Espíritu durante este tiempo difícil.
Otra buena razón por la que el Espíritu debe estar presente durante la tribulación es que Él es omnipresente. Ya que Él está en todas partes en todo momento, debe estar en el mundo durante la tribulación.
En algún momento -sólo Dios sabe cuándo- la influencia restrictiva del Espíritu Santo desaparecerá, el Anticristo se revelará a un mundo inconsciente e insospechado, y comenzará el período de tribulación.
