Pregunta

¿Cambió Constantino el día de reposo del sábado al domingo?

Respuesta
En el año 321 d.C., Constantino decretó: "En el venerable día del Sol, que los magistrados y las personas que residen en las ciudades descansen, y que todos los talleres permanezcan cerrados" (Codex Justinianus lib. 3, tit. 12, 3; trad. en Philip Schaff, History of the Christian Church, vol. 3, p. 380, nota 1). Constantino parece haber hecho este cambio por iniciativa propia y no por medio del papado, ya que el papado como tal aún no existía en ese tiempo. La institución papal se desarrolló gradualmente a partir del cargo de obispo, y durante muchos años tuvo su centro en Roma. En todo caso, es importante notar que, al hacer esto, Constantino no estaba cambiando el día de reposo; simplemente estableció el domingo como el día oficial de descanso del Imperio romano. Su motivación probablemente no fue un odio hacia los judíos (es difícil saber con certeza por qué Constantino o cualquier figura histórica actuó de determinada manera), sino más bien un deseo de adoptar una práctica que los cristianos ya observaban desde hacía casi dos siglos y medio.

Está bien documentado que la iglesia primitiva adoptó el domingo como su día de adoración. Hechos 20:7 lo menciona: "El primer día de la semana, cuando estábamos reunidos para partir el pan, Pablo les hablaba..."; y 1 Corintios 16:2 dice: "Que el primer día de la semana, cada uno de ustedes aparte y guarde según haya prosperado, para que cuando yo vaya no se recojan entonces ofrendas". Estos pasajes indican que los cristianos probablemente se reunían con regularidad los domingos (el primer día de la semana). Lo hacían, muy probablemente, porque Cristo resucitó el primer día de la semana. No fue sino hasta siglos después que la muerte de Cristo se convirtió en el punto central de los servicios de adoración cristiana. Esto no significa que consideraran su muerte sin importancia, sino que estaban principalmente enfocados en Su victoria sobre la muerte, manifestada en Su resurrección.

Es importante recordar que la adoración comunitaria con otros creyentes es necesaria y forma parte de la obediencia, pero el día que la iglesia elija para reunirse no es realmente lo más relevante. El Nuevo Testamento aborda este tema en varios pasajes. Colosenses 2:14-17 dice: "Habiendo cancelado el documento de deuda que consistía en decretos contra nosotros y que nos era adverso, y lo ha quitado de en medio, clavándolo en la cruz. Y habiendo despojado a los poderes y autoridades, hizo de ellos un espectáculo público, triunfando sobre ellos por medio de Él. Por tanto, que nadie se constituya en juez de ustedes con respecto a comida o bebida, o en cuanto a día de fiesta, o luna nueva, o día de reposo, cosas que solo son sombra de lo que ha de venir, pero el cuerpo pertenece a Cristo". También Romanos 14:5-6 enseña: "Uno juzga que un día es superior a otro, otro juzga iguales todos los días. Cada cual esté plenamente convencido según su propio sentir. El que guarda cierto día, para el Señor lo guarda. El que come, para el Señor come, pues da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor se abstiene, y da gracias a Dios".