Pregunta

¿Quién era Clemente de Roma?

Respuesta
Clemente de Roma fue uno de los primeros Padres de la Iglesia, que vivió y ejerció su ministerio hacia finales del siglo I, en la etapa inmediatamente posterior a los apóstoles. Fue obispo de la Iglesia de Roma y es recordado principalmente por una carta que escribió desde Roma a la Iglesia de Corinto. Esta carta, conocida como Primera Epístola de Clemente (1 Clemente), se fecha alrededor del año 96 d.C., probablemente antes de la muerte del apóstol Juan. Se considera el único escrito auténtico que se conserva de Clemente. Existe también una supuesta Segunda Epístola de Clemente, pero su autenticidad ha sido ampliamente cuestionada.

Orígenes de Alejandría (185–284 d.C.) y Eusebio de Cesarea (260–340 d.C.) afirmaron que Clemente de Roma podría ser el mismo Clemente mencionado por el apóstol Pablo en Filipenses 4:3, aunque esto no puede confirmarse con certeza. Hay, sin embargo, evidencia sólida de que Clemente tuvo contacto personal con el apóstol Pedro y estudió directamente con los apóstoles. Ireneo de Lyon (130–200 d.C.) escribió: "Este hombre [Clemente de Roma], que había visto a los bienaventurados apóstoles y había estado en contacto con ellos, aún tenía resonando en sus oídos la predicación de los apóstoles y tenía ante sus ojos sus tradiciones" (Contra las herejías, 3.3).

La carta de Clemente fue escrita para resolver una disputa interna en la Iglesia de Corinto, relacionada con el liderazgo eclesiástico. En ella, Clemente exhorta a los creyentes a practicar la humildad, buscar la santidad y seguir el ejemplo de Cristo y de los apóstoles. También incluye un llamado al arrepentimiento y numerosas citas bíblicas, haciendo referencia a libros como Génesis, Romanos, Gálatas, Efesios, 1 Corintios y Filipenses, además de incluir citas de los evangelios de Mateo y Lucas.

En 1 Clemente también se encuentra una de las primeras afirmaciones patrísticas sobre la doctrina de la justificación por la fe: "Y también nosotros, llamados por su voluntad en Cristo Jesús, no somos justificados por nosotros mismos, ni por nuestra propia sabiduría, o entendimiento, o piedad, u obras que hayamos hecho en santidad de corazón, sino por aquella fe por la cual, desde el principio, Dios Todopoderoso ha justificado a todos los hombres; a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén" (1 Clemente, 32).

El estudio de los Padres de la Iglesia primitiva puede ser profundamente enriquecedor, y Clemente de Roma ocupa un lugar destacado entre ellos. Su vida y sus escritos nos animan a permanecer firmes en la verdad bíblica, con una mente saturada de las Escrituras y un corazón moldeado por la enseñanza apostólica.