Pregunta

¿Por qué dice Dios: "Yo mismo buscaré a mis ovejas" en Ezequiel 34:11?

Respuesta
En Ezequiel 34:1-31, se compara a los líderes de Israel con pastores incompetentes que no cuidaron de su rebaño. El pueblo de Israel eran las ovejas del rebaño de Dios, y deberían haber cuidado de ellas (Salmo 95:7; 100:3).

Ezequiel revela que, por culpa de un liderazgo egocéntrico, las ovejas de Dios fueron maltratadas, oprimidas y abandonadas a la dispersión. Como tales, eran vulnerables a los ataques de "las fieras del campo" (Ezequiel 34:8, NBLA), que representan a naciones extranjeras depredadoras como Babilonia. Dios anunció que acabaría con los pastores egoístas (versículos 10) y rescataría a Su pueblo: "Yo mismo buscaré Mis ovejas y velaré por ellas. Como un pastor vela por su rebaño el día que está en medio de sus ovejas dispersas, así Yo velaré por Mis ovejas y las libraré de todos los lugares adonde fueron dispersadas" (Ezequiel 34:11-12, NBLA).

El tema de las ovejas y el pastor está presente en todas las Escrituras. El pastoreo era una vocación común en la cultura de Israel. Muchos de los patriarcas de Israel se dedicaron a ello (Génesis 46:32). Hombres, mujeres y niños trabajaban como pastores en la Biblia (Génesis 29:6; 1 Samuel 16:11; 17:15). El trabajo de pastor consistía en conducir a las ovejas a los pastos en busca de comida y agua fresca, proporcionarles refugio y protección, y cuidar de las ovejas heridas y enfermas del rebaño.

En Ezequiel, los líderes de Israel descuidan, explotan y engañan al rebaño. En vez de cuidar de las ovejas, solo miran por sí mismos. Por eso, Dios dice: "Yo mismo buscaré a mis ovejas". Esta metáfora de Dios cuidando de Sus ovejas aparece en Isaías 40:11 (NBLA): "Como pastor apacentará Su rebaño, en Su brazo recogerá los corderos, y en Su seno los llevará; guiará con cuidado a las recién paridas" (ver también Miqueas 7:14). Quizá el mejor ejemplo de que Dios nos guía como un pastor sea el Salmo 23.

Uno de los títulos más antiguos de Dios en la Biblia es "Pastor" (Génesis 49:24). El salmista Asaf describe cómo Dios sacó a Israel de Egipto "como a ovejas, como a rebaño los condujo en el desierto; los guió con seguridad, de modo que no temieron, pero el mar se tragó a sus enemigos" (Salmo 78:52-53, NBLA).

Los Evangelios describen a Jesucristo como el pastor compasivo por excelencia. Cuida de las "ovejas sin pastor" (Mateo 9:36; ver también Marcos 6:34). Es el "buen pastor" (Juan 10:11, 14), el "gran Pastor de las ovejas" (Hebreos 13:20) y el "Príncipe de los pastores" (1 Pedro 5:4).

Dios se dedica a buscar y salvar a las ovejas perdidas (Juan 10:16). Quizá Sus palabras: "Yo mismo buscaré a mis ovejas", resuenen con más fuerza en la parábola de Cristo sobre la oveja perdida:

"Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se pierde, ¿qué hará? ¿No dejará las otras noventa y nueve en el desierto y saldrá a buscar la perdida hasta que la encuentre? Y, cuando la encuentre, la cargará con alegría en sus hombros y la llevará a su casa. Cuando llegue, llamará a sus amigos y vecinos y les dirá: "Alégrense conmigo porque encontré mi oveja perdida". De la misma manera, ¡hay más alegría en el cielo por un pecador perdido que se arrepiente y regresa a Dios que por noventa y nueve justos que no se extraviaron!" (Lucas 15:4-7, NTV).

Al igual que el pueblo de Israel era la oveja del rebaño de Dios, los cristianos de hoy son la oveja del rebaño de Cristo (Lucas 12:32; Mateo 10:16). Israel tenía pastores espirituales designados por Dios, igual que los creyentes del Nuevo Testamento (Juan 21:15-17). En los Hechos, Pablo dijo a los ancianos de Éfeso: "Tengan cuidado de sí mismos y de toda la congregación, en medio de la cual el Espíritu Santo les ha hecho obispos para pastorear la iglesia de Dios, la cual Él compró con Su propia sangre" (Hechos 20:28, NBLA).

El apóstol Pedro instó a los líderes de la Iglesia a tomarse en serio sus responsabilidades: "pastoreen el rebaño de Dios entre ustedes, velando por él, no por obligación, sino voluntariamente, como quiere Dios; no por la avaricia del dinero, sino con sincero deseo; tampoco como teniendo señorío sobre los que les han sido confiados, sino demostrando ser ejemplos del rebaño. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, ustedes recibirán la corona inmarcesible de gloria" (1 Pedro 5:2-4, NBLA).

En el antiguo Israel existían pastores espirituales falsos e interesados, y en la Iglesia actual hay pastores igualmente problemáticos (Hechos 20:29; Mateo 7:15; Juan 10:1). El Señor hizo responsables a los ancianos de Israel y trajo juicio contra los corruptos (Ezequiel 34:7-19; Isaías 3:13-15; 5:8; Amós 5:12). Y sigue pidiendo cuentas y juzgando a los líderes espirituales fraudulentos hasta el día de hoy (Mateo 23:4-15).

Dios se ocupa personalmente del cuidado de Sus ovejas. Si uno de Sus líderes designados se aprovecha del rebaño, el Señor mismo promete asumir el papel de pastor cuidadoso para rescatar y restaurar a Sus ovejas (Zacarías 10:3; 11:7). El Señor aparta al pastor incompetente del cuidado del rebaño y dice: "Yo mismo buscaré a mis ovejas. Las rescataré y cuidaré de ellas".