Pregunta: "¿Qué dice la Biblia sobre la telepatía o la telequinesis?"
Respuesta:
La telepatía (la capacidad de leer los pensamientos de otra persona) y la telequinesis (la capacidad de mover un objeto con la mente) son herramientas imprescindibles en el reino de los superhéroes. Desde La Guerra de las Galaxias hasta los X-Men, los poderes mentales parecen ser omnipresentes. ¿Pero qué dice la Biblia sobre estos "superpoderes"?
La Biblia tiene bastante que decir sobre el conocimiento de los pensamientos de los demás. Génesis 6:5 dice: "Y vio el Señor que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal". En 1 Crónicas 28:9, David le dice a su hijo Salomón: "El Señor escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos". El Salmo 94:11 dice: "El Señor conoce los pensamientos de los hombres". Y Jesús conocía los pensamientos de los escribas en Mateo 9:4. Así que, no podemos conocer los pensamientos de otra persona. Primera de Corintios 2:11 dice: "Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él?" Dios no creó a los seres humanos para que pudieran comunicarse simplemente a través del pensamiento. Por el contrario, nos dio formas de comunicación que requieren mucho más trabajo y humildad, formas que engendran comunidad en lugar de simples y rápidas transferencias de información.
Hay quienes parecen tener habilidades que se asemejan a la telepatía. Las madres son particularmente buenas en esto. Pero no es nada misterioso. Es simplemente conocer a los demás lo suficientemente bien, y conocer su situación lo suficientemente bien, para poder hacer una conjetura precisa y fundada sobre sus motivos. Job lo ilustra en Job 21:27 cuando le dice a uno de sus "consoladores": "He aquí, yo conozco vuestros pensamientos,
Y las imaginaciones que contra mí forjáis". Conoce muy bien a su amigo, y ha asistido a suficientes conferencias para poder entender de dónde viene Zofar. Eso no es telepatía. Eso es simplemente prestar atención.
La Biblia también menciona casos de objetos que se mueven o se transforman en otra cosa. En Génesis 5:24 "Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios". En I Reyes 17:15, la harina y el aceite de una viuda siguieron milagrosamente durante una larga sequía. En el capítulo siguiente, el fuego cae del cielo para consumir un sacrificio inundado de agua. En Juan 2, el agua se convierte en vino. Pero en todos estos casos, el propósito de la transformación o movimiento de materiales era glorificar a Dios y autentificar a Su mensajero. En ningún momento se utilizó por mera conveniencia o con fines frívolos.
Sin embargo, es posible que el enemigo utilice señales similares para llamar la atención. Moisés se enfrentó a esto cuando los magos del Faraón convirtieron sus varas en serpientes (Éxodo 7:12) y sacaron ranas (Éxodo 8:7). Incluso ahora es posible que la gente haga que ocurran cosas extrañas. Sin embargo, debemos examinar qué es lo que ocurre exactamente. Los humanos no pueden usar sus mentes para mover o crear objetos. Aquellos en el reino de los espíritus pueden. Por lo tanto, todo acontecimiento misterioso debe ser provocado por Dios o por el enemigo. Si Dios es glorificado a través del evento, si Él causó que el evento ocurriera para validar a Su profeta, podemos deducir que el evento ocurrió gracias a Él. Ahora bien, si el evento fue frívolo y no tuvo nada que ver con la gloria de Dios, debe haber venido a través de otra fuente. Y la Biblia expresa claramente que la brujería y la hechicería deben evitarse a toda costa.
Dios hizo a los seres humanos para que se relacionaran de formas específicas, formas que fomentan la comunidad y lo glorifican. Algunas personas pueden ser bendecidas al tener una percepción muy aguda, pero eso no significa que tengan telepatía. Los profetas de la antigüedad tenían la capacidad de pedir a Dios que actuara en su favor de forma milagrosa, pero no tenían poderes de telequinesis. Debemos pedir al Espíritu Santo para que nos fortalezca. Tratar de leer los pensamientos de otra persona, mover objetos en una habitación o crear una bola de energía nos quita tiempo y esfuerzo de la tarea de amar a Dios y a los demás y abre una puerta peligrosa al mundo del ocultismo.
