Pregunta
¿Quién fue Anselmo de Canterbury?
Respuesta
Anselmo de Canterbury fue un monje, teólogo y arzobispo del siglo XI. Su obra sentó las bases de un enfoque teológico conocido como escolasticismo. Anselmo es recordado hoy por sus escritos, como Proslogion (Discurso) y Cur Deus Homo (¿Por qué Dios se hizo hombre?), y por lo que hoy se conoce como el argumento ontológico de la existencia de Dios. Por su influencia y sus aportaciones, Anslem está considerado uno de los más grandes filósofos cristianos de la historia, junto con hombres como Agustín y Tomás de Aquino.
Mientras Anselmo crecía en Lombardía (una región del norte de Italia), su padre pretendía que se dedicara a la política, pero ya de niño Anselmo estaba mucho más interesado en el estudio y la vida privada. De hecho, cuando ingresó en un monasterio, eligió uno en el que supuso que podría ser ignorado por el resto del mundo. No fue así, porque su fenomenal intelecto le atrajo mucha atención. Con el tiempo, Anselmo llegó a ser arzobispo de Canterbury, aunque se resistió firmemente a asumir el cargo.
De hecho, muchas de las luchas de Anselmo giraron en torno a su incapacidad -o falta de voluntad- para participar en los juegos políticos de su época. Un pequeño número de estudiosos cree que en realidad se trataba de una hábil ilusión por su parte. Sin embargo, la mayoría cree que realmente no tenía interés ni aptitud para las intrigas y la política. La coherencia y la integridad eran primordiales para Anselmo, tanto en su trabajo académico como en su vida práctica. Era conocido por evitar las discusiones y los conflictos, aunque le entusiasmaban la enseñanza y el debate.
Las aportaciones más destacadas de Anselmo a la teología y la filosofía se refieren a cuatro aspectos principales: sus escritos, su enfoque de la fe y la razón, su teología de la expiación y su característico argumento a favor de la existencia de Dios.
Obras como Proslogion y Cur Deus Homo se consideran hitos teológicos y filosóficos. Los demás escritos de Anselmo se estudian incluso hoy en día, ya que aportan importantes conocimientos sobre el desarrollo de la teología cristiana durante la Edad Media.
En sus libros, Anselmo muestra su enfoque de la relación entre fe y razón. Según Anselmo, la fe es necesaria para comprender. Para él, cualquier conocimiento obtenido sin fe es poco fiable. Sin embargo, Anselmo también sostenía que la razón es indispensable para comprender la fe. Este punto de vista se resume a menudo como "la fe busca el entendimiento". Anselmo fue uno de los primeros teólogos en apoyarse casi exclusivamente en la lógica y la razón en su defensa de las creencias cristianas.
Este enfoque dio lugar a un sistema filosófico conocido como Escolástica. Este método de estudio hace hincapié en la razón, el diálogo, la investigación, la atención al significado de las palabras y la crítica constructiva. Los alumnos de Anselmo continuaron esta tradición, y Tomás de Aquino, a menudo calificado como el mayor filósofo cristiano, fue un escolástico.
La contribución más directa de Anselmo a la teología fue su interpretación de la expiación. Muchos de los predecesores de Anselmo habían caracterizado el sacrificio de Cristo como un rescate pagado a Satanás, que tenía al hombre como rehén. Anselmo replicó que el único perjudicado por el pecado humano era un Dios infinitamente santo, por lo que sólo un sacrificio infinito podía satisfacer esa deuda. Por tanto, Jesucristo tuvo que sacrificarse voluntariamente, como Dios-hombre sin pecado, para satisfacer nuestra deuda. Este punto de vista se conoce como la teoría de la satisfacción de la expiación. Varios siglos después, los teólogos reformados se basarían en una versión modificada de este concepto, conocida como expiación sustitutiva.
Entre los argumentos más debatidos sobre la existencia de Dios se encuentra el argumento ontológico. Este concepto se conoció en realidad como "Argumento de Anselmo" hasta el siglo XVIII, tras haber sido explicado en su Proslogion. En resumen, Anselmo afirmaba que Dios era lo más grande que se podía imaginar. Puesto que existir es "más grande" que no existir, Anselmo concluyó que, si podemos concebir una cosa más grande que todas las demás, por definición esa cosa debe existir. Esa única cosa "mayor", según Anslem, es Dios.
El argumento ontológico es especialmente interesante por el lugar único que ocupa en los debates. Sus defensores admiten que no es especialmente convincente, ya que parece dar una definición circular a términos como mayor y existente. Para quienes no se inclinan a creer en Dios, la lógica de Anselmo rara vez se considera poderosamente convincente. Al mismo tiempo, incluso los detractores del argumento admiten que es extremadamente difícil decir exactamente dónde, si o cómo el argumento es lógicamente inválido. En consecuencia, aunque no se considera una de las pruebas más útiles de la existencia de Dios, el argumento ontológico es sin duda uno de los más famosos, longevos y discutidos.
Con mucho, la contribución más importante de Anselmo al pensamiento cristiano fue su énfasis en la razón, el diálogo y el entendimiento. Su enfoque escolástico de la fe sentó las bases de gran parte de la teología, además de demostrar que la fe cristiana no sólo es compatible con la razón, sino que sólo puede entenderse plenamente a través de un marco racional.
Anselmo murió en 1109. La Iglesia Católica Romana ha declarado santo a Anselmo, aunque existen dudas sobre la fecha exacta de su canonización. Su fiesta se celebra el 21 de abril. El Papa Clemente XI declaró a Anselmo Doctor de la Iglesia en 1720.
Mientras Anselmo crecía en Lombardía (una región del norte de Italia), su padre pretendía que se dedicara a la política, pero ya de niño Anselmo estaba mucho más interesado en el estudio y la vida privada. De hecho, cuando ingresó en un monasterio, eligió uno en el que supuso que podría ser ignorado por el resto del mundo. No fue así, porque su fenomenal intelecto le atrajo mucha atención. Con el tiempo, Anselmo llegó a ser arzobispo de Canterbury, aunque se resistió firmemente a asumir el cargo.
De hecho, muchas de las luchas de Anselmo giraron en torno a su incapacidad -o falta de voluntad- para participar en los juegos políticos de su época. Un pequeño número de estudiosos cree que en realidad se trataba de una hábil ilusión por su parte. Sin embargo, la mayoría cree que realmente no tenía interés ni aptitud para las intrigas y la política. La coherencia y la integridad eran primordiales para Anselmo, tanto en su trabajo académico como en su vida práctica. Era conocido por evitar las discusiones y los conflictos, aunque le entusiasmaban la enseñanza y el debate.
Las aportaciones más destacadas de Anselmo a la teología y la filosofía se refieren a cuatro aspectos principales: sus escritos, su enfoque de la fe y la razón, su teología de la expiación y su característico argumento a favor de la existencia de Dios.
Obras como Proslogion y Cur Deus Homo se consideran hitos teológicos y filosóficos. Los demás escritos de Anselmo se estudian incluso hoy en día, ya que aportan importantes conocimientos sobre el desarrollo de la teología cristiana durante la Edad Media.
En sus libros, Anselmo muestra su enfoque de la relación entre fe y razón. Según Anselmo, la fe es necesaria para comprender. Para él, cualquier conocimiento obtenido sin fe es poco fiable. Sin embargo, Anselmo también sostenía que la razón es indispensable para comprender la fe. Este punto de vista se resume a menudo como "la fe busca el entendimiento". Anselmo fue uno de los primeros teólogos en apoyarse casi exclusivamente en la lógica y la razón en su defensa de las creencias cristianas.
Este enfoque dio lugar a un sistema filosófico conocido como Escolástica. Este método de estudio hace hincapié en la razón, el diálogo, la investigación, la atención al significado de las palabras y la crítica constructiva. Los alumnos de Anselmo continuaron esta tradición, y Tomás de Aquino, a menudo calificado como el mayor filósofo cristiano, fue un escolástico.
La contribución más directa de Anselmo a la teología fue su interpretación de la expiación. Muchos de los predecesores de Anselmo habían caracterizado el sacrificio de Cristo como un rescate pagado a Satanás, que tenía al hombre como rehén. Anselmo replicó que el único perjudicado por el pecado humano era un Dios infinitamente santo, por lo que sólo un sacrificio infinito podía satisfacer esa deuda. Por tanto, Jesucristo tuvo que sacrificarse voluntariamente, como Dios-hombre sin pecado, para satisfacer nuestra deuda. Este punto de vista se conoce como la teoría de la satisfacción de la expiación. Varios siglos después, los teólogos reformados se basarían en una versión modificada de este concepto, conocida como expiación sustitutiva.
Entre los argumentos más debatidos sobre la existencia de Dios se encuentra el argumento ontológico. Este concepto se conoció en realidad como "Argumento de Anselmo" hasta el siglo XVIII, tras haber sido explicado en su Proslogion. En resumen, Anselmo afirmaba que Dios era lo más grande que se podía imaginar. Puesto que existir es "más grande" que no existir, Anselmo concluyó que, si podemos concebir una cosa más grande que todas las demás, por definición esa cosa debe existir. Esa única cosa "mayor", según Anslem, es Dios.
El argumento ontológico es especialmente interesante por el lugar único que ocupa en los debates. Sus defensores admiten que no es especialmente convincente, ya que parece dar una definición circular a términos como mayor y existente. Para quienes no se inclinan a creer en Dios, la lógica de Anselmo rara vez se considera poderosamente convincente. Al mismo tiempo, incluso los detractores del argumento admiten que es extremadamente difícil decir exactamente dónde, si o cómo el argumento es lógicamente inválido. En consecuencia, aunque no se considera una de las pruebas más útiles de la existencia de Dios, el argumento ontológico es sin duda uno de los más famosos, longevos y discutidos.
Con mucho, la contribución más importante de Anselmo al pensamiento cristiano fue su énfasis en la razón, el diálogo y el entendimiento. Su enfoque escolástico de la fe sentó las bases de gran parte de la teología, además de demostrar que la fe cristiana no sólo es compatible con la razón, sino que sólo puede entenderse plenamente a través de un marco racional.
Anselmo murió en 1109. La Iglesia Católica Romana ha declarado santo a Anselmo, aunque existen dudas sobre la fecha exacta de su canonización. Su fiesta se celebra el 21 de abril. El Papa Clemente XI declaró a Anselmo Doctor de la Iglesia en 1720.