Pregunta

¿Quién era Albert Barnes?

Respuesta
Albert Barnes (1798–1870) fue un pastor presbiteriano, teólogo y escritor estadounidense que abogó por la templanza, los derechos de la mujer y la abolición de la esclavitud. Es recordado principalmente por sus extensos comentarios sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento, publicados por primera vez en 1832 y que continúan siendo leídos en la actualidad. Sus interpretaciones de la Biblia rompieron con el pensamiento calvinista más estricto y situaron a Barnes en el centro del cisma de 1837 de la Iglesia Presbiteriana de Estados Unidos.

Albert Barnes nació en Rome, Nueva York, en el seno de una familia metodista. Durante sus primeros años fue escéptico, pero mientras estudiaba Derecho en el Hamilton College de Clinton, Nueva York, fue profundamente impactado por los escritos de Thomas Chalmers, un predicador escocés conocido por su defensa de los pobres. Influido por ese ejemplo, Barnes abrazó la fe cristiana y, al graduarse, decidió dedicarse al ministerio presbiteriano. Ingresó en el Seminario Teológico de Princeton en 1820 y fue ordenado en 1825 por el presbiterio de Elizabethtown, Nueva Jersey. Su primer cargo pastoral fue en la Iglesia Presbiteriana de Morristown, en el mismo estado.

En 1830 fue llamado a pastorear la Primera Iglesia Presbiteriana de Filadelfia, justo cuando se intensificaba la controversia entre los presbiterianos de la Vieja Escuela y los de la Nueva Escuela. Los de la Vieja Escuela defendían el calvinismo tradicional, mientras que los de la Nueva Escuela, como Barnes, sostenían que el ser humano podía responder libremente a la oferta de salvación de Dios. En un sermón publicado, Barnes cuestionó la doctrina de la imputación del pecado de Adán, el pecado original y la expiación limitada. Esto lo llevó a ser suspendido temporalmente del ministerio por la Asamblea General Presbiteriana, acusado de herejía doctrinal. Sin embargo, fue absuelto en 1831, aunque recibió una amonestación formal.

En 1835 fue acusado nuevamente de apartarse de la Confesión de Fe de Westminster tras publicar su libro Notas explicativas y prácticas sobre la Epístola a los Romanos. Sus interpretaciones sobre doctrinas como la justificación por la fe y la justicia de Cristo fueron puestas bajo escrutinio, y una vez más enfrentó un juicio ante la Asamblea General. Finalmente, fue exonerado y restituido plenamente al ministerio en 1836.

El caso de Barnes puso de relieve la profunda división entre los presbiterianos conservadores y progresistas, que culminó con la separación de la denominación en 1837. Después de que la Declaración de Auburn no lograra reconciliar las diferencias, la Iglesia Presbiteriana se dividió en dos ramas: la Vieja Escuela y la Nueva Escuela, ambas reclamando ser la iglesia oficial. Barnes vivió lo suficiente para presenciar la reunificación de ambas en 1869–1870. De hecho, la primera reunión de las iglesias reunificadas tuvo lugar en su iglesia de Filadelfia en 1870.

Albert Barnes continuó como pastor de la Primera Iglesia Presbiteriana de Filadelfia hasta 1868, cuando debió retirarse debido a la pérdida de visión. Aun así, su congregación insistió en que conservara el título de pastor emérito. Además de su ministerio, Barnes fue un firme defensor de varias reformas sociales, entre ellas el movimiento de Prohibición del alcohol y la lucha antiesclavista. Condenó la esclavitud desde una perspectiva bíblica y fue un opositor abierto a toda forma de opresión. También promovió el sistema de escuelas dominicales, fue fundador del Seminario Teológico de la Unión y presidente de la Sociedad Bíblica de Pensilvania.

Como escritor, Barnes poseía un estilo claro, directo y devocional. Escribió más de cien obras, entre ellas Development of the Christian Character (1832), The Way of Salvation (1836), An Inquiry into the Scriptural Views of Slavery (1846) y The Church and Slavery (1857). No obstante, su legado más duradero son sus comentarios bíblicos, que abarcan todo el Nuevo Testamento y gran parte del Antiguo. Durante su vida se vendieron más de un millón de ejemplares, y muchos de ellos aún se publican hoy.

Albert Barnes permaneció activo hasta el final de sus días. Murió repentinamente el 24 de diciembre de 1870, mientras consolaba a unos amigos en duelo cerca de su casa en Filadelfia. Su vida fue ejemplo de fidelidad, integridad y compasión cristiana.

Algunas de sus frases más recordadas incluyen:

"Alabar ahora es uno de los grandes deberes de los redimidos. Será su empleo para siempre".

"No se requiere una gran erudición para ser cristiano y estar convencido de la verdad de la Biblia. Se requiere un corazón honesto y la voluntad de obedecer a Dios".

"No hay poder fuera de la iglesia que pueda sostener la esclavitud ni una hora, si no se sostuviera en ella".

"El cristianismo puede producir agitación, ira y tumulto como en Éfeso; pero la difusión del evangelio puro de Cristo y el establecimiento de instituciones de honestidad y virtud, cueste lo que cueste, son una bendición para la humanidad".