Pregunta

¿Cuál es la historia de Abner y Joab?

Respuesta
Tras la muerte del rey Saúl, Abner, comandante del ejército de Saúl, tomó a Is-boset, hijo de Saúl, y lo proclamó rey sobre Galaad, sobre Gesuri, sobre Jezreel, sobre Efraín, sobre Benjamín y sobre todo Israel (2 Samuel 2:9). Is-boset tenía cuarenta años cuando comenzó a reinar sobre Israel, y reinó dos años (2 Samuel 2:10).

Mientras tanto, David era rey sobre la tribu de Judá en Hebrón, una ciudad del sur de Israel. Los hombres de David y los de Abner se enfrentaron en varias batallas. Después de unos dos años, el rey Is-boset acusó falsamente a Abner de haber dormido con una concubina de Saúl (2 Samuel 3:7). Indignado por la acusación, Abner prometió entregar todo Israel a David (2 Samuel 3:8–10).

Abner se reunió con David e hicieron un acuerdo para unificar a todo Israel bajo su liderazgo. Sin embargo, Joab, comandante del ejército de David, sospechaba de Abner y lo acusó de tener malas intenciones. Sin el consentimiento de David, Joab buscó a Abner y lo asesinó (2 Samuel 3:26–27). Aunque Joab alegó lealtad a David, en realidad buscaba vengar la muerte de su hermano Asael, a quien Abner había matado en una batalla anterior (2 Samuel 2:19–23).

David lamentó públicamente la muerte de Abner y dejó claro que no había tenido parte en el crimen. Al enterarse de la muerte de Abner, Is-boset y todo Israel quedaron consternados. Poco después, dos hombres llamados Recab y Baana entraron a la casa de Is-boset al mediodía, mientras él descansaba, y lo asesinaron apuñalándolo en el abdomen (2 Samuel 4:5–6). Luego le cortaron la cabeza y huyeron (2 Samuel 4:7).

Recab y Baana llevaron la cabeza de Is-boset a David, esperando recibir una recompensa. Sin embargo, David los mandó ejecutar, declarando que habían matado a un hombre inocente en su propio hogar (2 Samuel 4:11). Además, ordenó que la cabeza de Is-boset fuera sepultada en la tumba de Abner en Hebrón.

Estos sangrientos acontecimientos prepararon el camino para que David pasara de gobernar solo a la tribu de Judá a ser rey sobre todo Israel. A pesar de la violencia a su alrededor, David se mantuvo inocente de la sangre derramada. Después de las muertes de Abner e Is-boset, David permaneció cinco años más en Hebrón, hasta que los ancianos de Israel acudieron a él para hacer un pacto y coronarlo como rey de todo Israel (2 Samuel 5:1–5). Poco después, David conquistó Jerusalén, la convirtió en la capital del reino y en la "Ciudad de David", donde reinó durante el resto de sus 40 años de gobierno.