Pregunta
¿Por qué estuvo mal que Aarón y sus hijos quemaran la ofrenda por el pecado en Levítico 10:16-20?
Respuesta
Debido a la desobediencia de los hijos de Aarón, Nadab y Abiú, el Señor los hizo morir. Más tarde ese mismo día, Aarón y sus hijos restantes dejaron que la ofrenda por el pecado se consumiera por completo. Moisés se enojó con los otros dos hijos de Aarón, Eleazar e Itamar, por esta razón. Esta situación puede parecer difícil de entender hasta que observamos más de cerca el contexto y la Ley en general.
Primero, Moisés acababa de ordenar a Aarón y a sus hijos sobrevivientes que comieran la ofrenda (Levítico 10:12–14). Al descubrir que la habían dejado quemarse, su enojo era comprensible.
Además, el capítulo comienza con la muerte de los otros dos hijos de Aarón: "Pero Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron sus respectivos incensarios, y después de poner fuego en ellos y echar incienso sobre él, ofrecieron delante del Señor fuego extraño, que Él no les había ordenado. Y de la presencia del Señor salió fuego que los consumió, y murieron delante del Señor" (Levítico 10:1–2, NBLA). Probablemente debido al dolor por la muerte de Nadab y Abiú, Aarón y sus hijos Eleazar e Itamar decidieron no comer la ofrenda y dejaron que se quemara. Moisés se molestó porque esto era una violación del mandato que Dios había dado a los sacerdotes de comer parte de esta ofrenda como alimento.
Otra razón del enojo de Moisés podría haber sido su temor de que una tragedia similar a la de Nadab y Abiú cayera sobre Aarón, Eleazar e Itamar. Por eso los confrontó, diciendo: "¿Por qué no comieron la ofrenda por el pecado en el lugar santo? . . . ciertamente debieran haber comido la ofrenda en el santuario, tal como yo ordené" (Levítico 10:17–18, NBLA).
La respuesta de Aarón a Moisés está cargada de dolor: "Hoy, mis hijos presentaron al Señor tanto su ofrenda por el pecado como su ofrenda quemada. No obstante, me ocurrió esta tragedia. ¿Le habría agradado al Señor si yo hubiera comido la ofrenda por el pecado del pueblo en un día tan trágico como este?" (Levítico 10:19, NTV). Estas palabras convencieron a Moisés de que Aarón actuaba con temor y obediencia a Dios (versículo 20).
Curiosamente, este pasaje en Levítico concluye la sección donde Aarón y sus hijos son consagrados como sacerdotes ante el Señor (capítulos 8 al 10). Estos eventos, que ocurrieron en un período de ocho días, ayudan a establecer la importancia y santidad del rol sacerdotal levítico.
Primero, Moisés acababa de ordenar a Aarón y a sus hijos sobrevivientes que comieran la ofrenda (Levítico 10:12–14). Al descubrir que la habían dejado quemarse, su enojo era comprensible.
Además, el capítulo comienza con la muerte de los otros dos hijos de Aarón: "Pero Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron sus respectivos incensarios, y después de poner fuego en ellos y echar incienso sobre él, ofrecieron delante del Señor fuego extraño, que Él no les había ordenado. Y de la presencia del Señor salió fuego que los consumió, y murieron delante del Señor" (Levítico 10:1–2, NBLA). Probablemente debido al dolor por la muerte de Nadab y Abiú, Aarón y sus hijos Eleazar e Itamar decidieron no comer la ofrenda y dejaron que se quemara. Moisés se molestó porque esto era una violación del mandato que Dios había dado a los sacerdotes de comer parte de esta ofrenda como alimento.
Otra razón del enojo de Moisés podría haber sido su temor de que una tragedia similar a la de Nadab y Abiú cayera sobre Aarón, Eleazar e Itamar. Por eso los confrontó, diciendo: "¿Por qué no comieron la ofrenda por el pecado en el lugar santo? . . . ciertamente debieran haber comido la ofrenda en el santuario, tal como yo ordené" (Levítico 10:17–18, NBLA).
La respuesta de Aarón a Moisés está cargada de dolor: "Hoy, mis hijos presentaron al Señor tanto su ofrenda por el pecado como su ofrenda quemada. No obstante, me ocurrió esta tragedia. ¿Le habría agradado al Señor si yo hubiera comido la ofrenda por el pecado del pueblo en un día tan trágico como este?" (Levítico 10:19, NTV). Estas palabras convencieron a Moisés de que Aarón actuaba con temor y obediencia a Dios (versículo 20).
Curiosamente, este pasaje en Levítico concluye la sección donde Aarón y sus hijos son consagrados como sacerdotes ante el Señor (capítulos 8 al 10). Estos eventos, que ocurrieron en un período de ocho días, ayudan a establecer la importancia y santidad del rol sacerdotal levítico.