Pregunta
¿Qué es el novacianismo?
Respuesta
El novacianismo fue una secta cristiana que se separó de la corriente principal de la Iglesia en el siglo III y que, para el siglo VIII, ya estaba prácticamente extinguida. Sus seguidores se autodenominaban katharoi, palabra griega que significa "puros". La división surgió por una disputa en torno a la apostasía y al modo en que la Iglesia debía tratar a los creyentes que habían cometido pecados graves. Aunque los novacianos compartían la mayoría de las doctrinas con el cristianismo romano, diferían en dos puntos clave: la autoridad eclesiástica y la restauración de los apóstatas.
Durante una intensa persecución del siglo III, el obispo de Roma Fabián fue martirizado, dejando a la Iglesia sin un liderazgo claro. Surgieron entonces desacuerdos sobre cómo reorganizarla y, especialmente, sobre qué hacer con quienes habían negado su fe bajo presión. La mayoría de los obispos defendía la posibilidad de reconciliación, aunque variaban en la severidad de la penitencia. Cipriano de Cartago encabezó el movimiento que buscaba restaurar a los llamados lapsi (cristianos que habían caído durante la persecución).
Novaciano, sin embargo, se opuso firmemente a esa postura. Enseñaba que quienes negaban a Cristo—incluso si lo hacían bajo tortura o amenaza de muerte—no podían ser perdonados por la Iglesia. Aclaraba que solo Dios podía otorgarles el perdón, pero que la Iglesia terrenal no tenía autoridad para absolverlos. En resumen, sostenía que había ciertos pecados para los cuales la Iglesia no podía ofrecer reconciliación.
Cuando Cornelio fue elegido sucesor de Fabián como obispo de Roma, Novaciano lo consideró una afrenta a su posición y a la pureza doctrinal que defendía. En protesta, reunió a varios obispos y se autoproclamó obispo de Roma, desafiando la legitimidad de Cornelio. Este acto de cisma provocó su excomunión y la condena de sus enseñanzas como heréticas.
El novacianismo enseñaba que ciertos pecados—como la apostasía, el adulterio o la idolatría—eran mortales, y que quienes los cometían quedaban fuera del alcance de la Iglesia para recibir el perdón. Aunque podían ser perdonados por Dios, no podían volver a la comunión, participar en los sacramentos ni recibir la absolución eclesiástica. Fuera de este punto, su teología era prácticamente idéntica a la del cristianismo ortodoxo de su tiempo.
En los siglos posteriores, los novacianos experimentaron tanto tolerancia como persecución por parte de la Iglesia oficial. El emperador Constantino incluso permitió su participación en el Concilio de Nicea (325 d.C.), aunque su influencia ya comenzaba a declinar. Para el siglo V, el movimiento había desaparecido del ámbito romano, y hacia el siglo VIII, también había dejado de existir en la Iglesia oriental.
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