Pregunta
¿Cuáles son los temas cristianos en La travesía del Viajero del Alba?
Respuesta
La tercera parte de la serie Crónicas de Narnia de C. S. Lewis, La travesía del Viajero del Alba, reúne a los lectores con los dos niños Pevensie, Lucy y Edmund, quienes son catapultados de vuelta a la tierra de Narnia a través de un cuadro de un barco en la pared de su habitación. Mientras contemplan la pintura, de repente el barco comienza a moverse, las olas del mar los salpican con espuma salobre y son arrastrados dentro del cuadro y regresan a Narnia. A bordo del barco están el Rey Caspian, del segundo libro El príncipe Caspian, y su tripulación, quienes están en una búsqueda para descubrir el destino de los siete lores de Narnia que navegaron hacia el oeste y nunca regresaron. Esta misión y las aventuras que siguen forman el esquema del libro.
Junto con Lucy y Edmund llega a Narnia su primo, Eustace Clarence Scrubb. Si alguna vez un niño mereció tal nombre, ése es Eustace: un mocoso insufrible, pendenciero, arrogante, codicioso y celoso; un personaje perfecto para el retrato temático de Lewis sobre el pecado y la redención. Después de desembarcar en una de las Islas Solitarias, Eustace se escabulle para no ayudar a reparar el barco y se refugia durante una tormenta en la cueva de un dragón, donde encuentra un inmenso tesoro de oro y joyas. Se acuesta a dormir sobre un montón de monedas y, al despertar, descubre que, debido a su avaricia y egoísmo, se ha convertido en un dragón: la forma externa que manifiesta su interior. Intenta arrancarse la piel de dragón bañándose repetidamente en una piscina, pero es inútil, una clara imagen del esfuerzo humano por limpiarse del pecado mediante obras propias (Romanos 3:20; Gálatas 2:16; Filipenses 3:8-9). Cuando finalmente se encuentra con Aslan, el gran león que simboliza a Cristo, es Aslan mismo quien debe arrancarle con sus garras la gruesa piel de dragón. "El primer desgarro que hizo fue tan profundo que pensé que me había llegado al corazón", relata Eustace. Aslan lo viste luego con ropas nuevas, y todo el proceso simboliza que el cristiano se convierte en una nueva creación en Cristo (2 Corintios 5:17; Colosenses 3:8-10). Desde entonces, Eustace comienza a cambiar. Todavía tiene recaídas, pero la transformación ha iniciado: una imagen de la vida cristiana.
Aslan reaparece en momentos de necesidad a lo largo del libro, recordando la presencia del Espíritu Santo que guía y dirige al creyente (Juan 16:13). En un momento, Caspian y Edmund casi comienzan a pelear cuando, cegados por la codicia y la lujuria, encuentran un estanque que convierte todo en oro. Solo la aparición de Aslan, caminando lentamente por una colina cercana, los hace recapacitar y reconocer que es un lugar maldito. Nombran la isla como Aguas de Muerte y deciden no volver jamás.
Más adelante, cuando Lucy abre el libro del mago en la isla de los Dufflepuds, encuentra un hechizo que le daría una belleza "más allá de la suerte de los mortales". Tiene una visión de sí misma, más bella y admirada, eclipsando a su hermana Susan, a quien siempre había considerado más atractiva, y se siente tentada por el deseo de la preeminencia que tal belleza le daría, aunque lucha con su conciencia. "Diré el conjuro. No me importa. Lo haré". Pero al mirar nuevamente el libro, ve el rostro del "gran León, Aslan en persona… Estaba gruñendo y se le veían casi todos los dientes". Ella se aterroriza y pasa la página de inmediato. Lewis presenta a Aslan como una figura del Espíritu Santo que habita en los creyentes, los santifica y los instruye (Romanos 8:9-11), los convence de pecado y les recuerda que no deben permitir que el pecado reine en sus vidas (Romanos 6:1-22; Colosenses 3:5).
Aslan, la encarnación del Espíritu de Dios, vuelve a aparecer ante Lucy después, no para convencerla de pecado, sino para animarla y sostener su fe. El barco queda envuelto en una oscuridad temible de la cual parece no haber escape. En su desesperación, Lucy susurra: "Aslan, si alguna vez nos has amado, envíanos ayuda ahora". De inmediato, aparece una luz distante en forma de cruz. Luego toma la forma de un ave que rodea el mástil y guía al barco fuera de la oscuridad. Lucy oye la "vocecita suave" (1 Reyes 19:12) de Aslan que le susurra: "Ánimo, corazón querido", y siente su cálido aliento en el rostro. Aquí vemos una imagen de Cristo (el ave) guiando a su pueblo (el barco) de las tinieblas a la luz de su Evangelio (Juan 8:12; 12:46; Hechos 26:18).
El León aparece por última vez en el capítulo final, donde emerge como un Cordero que alimenta a los viajeros con la comida más deliciosa que jamás hayan probado, una prefiguración de la cena de las bodas del Cordero en Apocalipsis 19:9. Aquí vemos la representación de Jesús como el León de la tribu de Judá (Apocalipsis 5:5) y como el Cordero de Dios (Juan 1:29, 36; 1 Pedro 1:19).
Estos son sólo algunos de los temas cristianos en La travesía del Viajero del Alba, que brindan a los padres abundantes oportunidades para enseñar verdades bíblicas a sus hijos en un hermoso escenario lleno de fantasía y aventura.
English
¿Cuáles son los temas cristianos en La travesía del Viajero del Alba?
