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Pregunta

Estudio bíblico musulmán - Quién es Jesús - Día 2

Respuesta


Día 2: Jesús, el hacedor de milagros

Como aprendimos ayer, el nacimiento virginal de Jesús y Su vida sin pecado lo hicieron único entre los hombres y mostraron su relación con Dios, Su Padre. Hoy, aprenderemos cómo los milagros de Jesucristo muestran el poder de Dios. Los milagros de Cristo muestran compasión por los enfermos, cuidado por los hambrientos, poder sobre la naturaleza, autoridad sobre los demonios y triunfo sobre el pecado y la muerte.

Calmó las tormentas

"Uno de aquellos días, Jesús entró en una barca con Sus discípulos, y les dijo: Pasemos al otro lado del lago. Y se hicieron a la mar. Pero mientras ellos navegaban, Él se durmió; y una violenta tempestad descendió sobre el lago, y comenzaron a hundirse y corrían peligro. Llegándose a Jesús, lo despertaron, diciendo: ¡Maestro, Maestro, que perecemos!.

Y Él, levantándose, reprendió al viento y a las olas embravecidas, y cesaron y sobrevino la calma. ¿Dónde está la fe de ustedes?, les dijo.

Pero ellos estaban atemorizados y asombrados, diciéndose unos a otros: ¿Quién, pues, es Este que aun a los vientos y al agua manda y lo obedecen?" (Lucas 8:22-25, NBLA).

Expulsar demonios

"Y había en la sinagoga un hombre poseído por el espíritu de un demonio inmundo, y gritó a gran voz: Déjanos. ¿Qué tienes que ver con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién Tú eres: el Santo de Dios.

Jesús entonces lo reprendió, diciendo: ¡Cállate y sal de él!. Y después que el demonio lo derribó en medio de ellos, salió de él sin hacerle ningún daño.

Todos se quedaron asombrados, y discutían entre sí: ¿Qué mensaje es este? Porque con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos y salen. Y Su fama se divulgaba por todos los lugares de aquella región" (Lucas 4:33-37, NBLA).

Sanó a enfermos de cuerpo y corazón

"Su fama se difundía cada vez más, y grandes multitudes se congregaban para oír a Jesús y ser sanadas de sus enfermedades.

Pero con frecuencia Él se retiraba a lugares solitarios y oraba. Y un día que Él estaba enseñando, estaban allí sentados algunos fariseos y maestros de la ley que habían venido de todas las aldeas de Galilea y Judea, y deJerusalén; y el poder del Señor estaba con Él para sanar. Y unos hombres trajeron en una camilla a un hombre que estaba paralítico; y trataban de meterlo y ponerlo delante de Jesús. No hallando cómo introducirlo debido a la multitud, subieron a la azotea y lo bajaron con la camilla a través del techo, poniéndolo en medio, delante de Jesús.

Al ver Jesús la fe de ellos, dijo: «Hombre, tus pecados te son perdonados.

Entonces los escribas y fariseos comenzaron a razonar, diciendo: ¿Quién es Este que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo Dios?

Conociendo Jesús sus pensamientos, les respondió: ¿Por qué razonan en sus corazones? ¿Qué es más fácil, decir: "Tus pecados te son perdonados", o decir: "Levántate y anda"? Pues para que sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados, dijo al paralítico: A ti te digo: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.

Al instante se levantó delante de ellos, tomó la camilla en que había estado acostado, y se fue a su casa glorificando a Dios. El asombro se apoderó de todos y glorificaban a Dios; y se llenaron de temor, diciendo: Hoy hemos visto cosas extraordinarias". (Lucas 5:15-26, NBLA).

Alimentó a miles

"El día comenzaba a declinar, y acercándose los doce, le dijeron: Despide a la multitud, para que vayan a las aldeas y campos de los alrededores, y hallen alojamiento y consigan alimentos; porque aquí estamos en un lugar desierto.

Denles ustedes de comer, les dijo Jesús.

Y ellos dijeron: No tenemos más que cinco panes y dos peces, a no ser que vayamos y compremos alimentos para toda esta gente. Porque había como 5,000 hombres.

Y Jesús dijo a Sus discípulos: Hagan que se recuesten en grupos como de cincuenta cada uno. Así lo hicieron, haciendo recostar a todos.

Tomando Él los cinco panes y los dos peces, levantó los ojos al cielo, los bendijo, los partió y los iba dando a los discípulos para que los sirvieran a la gente. Todos comieron y se saciaron; y se recogieron de lo que les sobró de los pedazos: doce cestas llenas" (Lucas 9:12-17, NBLA).

Resucitó a los muertos

"Aconteció poco después que Jesús fue a una ciudad llamada Naín; y Sus discípulos iban con Él acompañados por una gran multitud. Y cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, sacaban fuera a un muerto, hijo único de su madre, y ella era viuda; y un grupo numeroso de la ciudad estaba con ella. Al verla, el Señor tuvo compasión de ella, y le dijo: "No llores".

Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y Jesús dijo: Joven, a ti te digo: ¡Levántate!. El que había muerto se incorporó y comenzó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre.

El temor se apoderó de todos, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta ha surgido entre nosotros. También decían: Dios ha visitado a Su pueblo" (Lucas 7:11-16, NBLA).

Demostró que Él era el Cristo

"Cuando los hombres llegaron a Él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado para que te preguntáramos: "¿Eres Tú el que ha de venir, o esperamos a otro?". En esa misma hora curó a muchos de enfermedades, aflicciones y malos espíritus, y a muchos ciegos les dio la vista.

Entonces Él les respondió: Vayan y cuenten a Juan lo que han visto y oído: los ciegos reciben la vista, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres se les anuncia el evangelio. Y bienaventurado es el que no se escandaliza de Mí" (Lucas 7:20-23, NBLA).

Se demostró que era el Cristo, el Hijo de Dios

"Entonces los judíos lo rodearon, y le decían: ¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si Tú eres el Cristo, dínoslo claramente.

Jesús les respondió: Se lo he dicho a ustedes y no creen; las obras que Yo hago en el nombre de Mi Padre, estas dan testimonio de Mí. Pero ustedes no creen porque no son de Mis ovejas. Mis ovejas oyen Mi voz; Yo las conozco y me siguen.

Yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de Mi mano. Mi Padre que me las dio es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano del Padre.

Yo y el Padre somos uno.

Los judíos volvieron a tomar piedras para tirárselas. Entonces Jesús les dijo: Les he mostrado muchas obras buenas que son del Padre. ¿Por cuál de ellas me apedrean?.

Los judíos le contestaron: No te apedreamos por ninguna obra buena, sino por blasfemia; y porque Tú, siendo hombre, te haces Dios.

Jesús les respondió: ¿No está escrito en su ley: Yo dije: son dioses? Si a aquellos, a quienes vino la palabra de Dios, los llamó dioses, (y la Escritura no se puede violar), ¿a quién el Padre santificó y envió al mundo, ustedes dicen: "Blasfemas", porque dije: "Yo soy el Hijo de Dios"?

Si no hago las obras de Mi Padre, no me crean; pero si las hago, aunque a Mí no me crean, crean a las obras; para que sepan y entiendan que el Padre está en Mí y Yo en el Padre" (Juan 10:24-38, NBLA).

Los milagros de Jesús demostraron que Él es uno con Dios Padre, pero muchos rechazaron a Jesús. Descubre mañana cómo la controvertida enseñanza de Jesús hizo que muchos lo rechazaran.

Recuerda las palabras de Jesús: "Y bienaventurado es el que no se escandaliza de Mí" (Lucas 7:23, NBLA). ¡Ora para que no te escandalices de Cristo!

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