Pregunta
¿Quién era Gladys Aylward?
Respuesta
Gladys May Aylward (1902–1970) fue una misionera británica en China, recordada por haber escoltado a casi cien niños huérfanos en un peligroso viaje a través de las montañas durante la invasión japonesa de 1938. La biografía escrita por Alan Burgess en 1957, The Small Woman, llevó su historia al reconocimiento mundial e inspiró la famosa película La posada de la sexta felicidad, protagonizada por Ingrid Bergman.
Gladys Aylward creció en Edmonton, al norte de Londres, como una de los tres hijos del cartero Thomas John Aylward y su esposa Rosina. Desde joven trabajó en el servicio doméstico y, a los dieciocho años, entregó su vida a Cristo. Pronto sintió el llamado de Dios para servir como misionera en China, por lo que se inscribió en el curso preparatorio de tres meses de la Misión al Interior de China. Sin embargo, fue rechazada por su falta de educación formal y por su "avanzada edad" (28 años), que, según la misión, le impediría aprender el idioma chino.
Lejos de rendirse, Gladys decidió seguir adelante. Ahorró su modesto salario y trabajó en distintos empleos hasta reunir los fondos necesarios para viajar por su cuenta. En 1932 partió de Liverpool con apenas dos libras, una Biblia, una maleta remendada y un corazón lleno de fe. El dinero no alcanzaba para un boleto en barco, así que viajó por tierra en tren a través de Siberia—una ruta peligrosa debido a los conflictos políticos—, luego continuó en barco, autobús y hasta en mula a través de Japón y China. Finalmente llegó a la remota región montañosa de Yangchen, al noroeste de China, donde se unió a la anciana misionera escocesa Jeannie Lawson.
Ambas mujeres buscaban una manera práctica de compartir el Evangelio con el pueblo chino. Para ello, abrieron una posada para viajeros, donde ofrecían alojamiento y, por las noches, contaban historias bíblicas sobre Jesús. Los huéspedes quedaban tan fascinados que repetían las historias en sus viajes, ayudando a difundir el mensaje del Evangelio. Con el tiempo, Gladys dominó el idioma y la cultura china, contradiciendo por completo las predicciones de la Misión al Interior de China. En 1936 obtuvo la nacionalidad china, y su testimonio de fe se extendió por toda la región.
Su dedicación y reputación la llevaron a ser nombrada "inspectora de pies" por las autoridades locales, encargada de aplicar la ley que prohibía la antigua práctica de atar los pies de las niñas. Gracias a su labor en este puesto, Aylward tuvo la oportunidad de recorrer distintos pueblos, donde además compartía las buenas nuevas del Evangelio. Pronto, la gente comenzó a llamarla cariñosamente "Ai-weh-deh", que significa "la virtuosa".
Tras la muerte de Jeannie Lawson, Gladys continuó sola con la misión y estableció un hogar para huérfanos en Yangchen. En 1938, durante la invasión japonesa, la ciudad fue bombardeada, y Aylward decidió evacuar a más de cien niños, guiándolos a pie a través de montañas, ríos y zonas de guerra. Cruzaron el río Amarillo en una travesía heroica que duró varios días. Cuando los niños llegaron a salvo a un orfanato en Xian, Gladys estaba enferma de fiebre tifoidea, exhausta y gravemente herida. Aunque su salud nunca volvió a ser la misma, continuó sirviendo a Dios ayudando a los heridos y necesitados, predicando y fundando una iglesia cristiana en Xian. También trabajó con enfermos de lepra en la provincia de Szechwan.
En 1947 regresó a Inglaterra, donde compartió su testimonio en numerosas conferencias y fundó el Gladys Aylward Charitable Trust, una organización dedicada a los huérfanos. Años después, en 1953, regresó a Oriente y en 1955 fundó un nuevo orfanato en Taipéi (Taiwán), donde sirvió fielmente hasta su muerte, el 3 de enero de 1970. El ministerio continúa hoy bajo el nombre de Bethany Children’s Home.
Su vida inspiró la película de Hollywood La posada de la sexta felicidad (1958), pero Aylward se sintió incómoda con la atención y con las libertades creativas de la versión cinematográfica. En una de sus últimas reflexiones escribió:
"Mi corazón está lleno de alabanzas por el hecho de que alguien tan insignificante, inculta y ordinaria en todos los sentidos pudiera ser utilizada para su gloria, para bendición de su pueblo en la pobre China perseguida".
Citas atribuidas a Gladys Aylward:
"Oh, Dios, aquí está mi Biblia. Aquí está mi dinero. Aquí estoy yo. Úsame, Dios".
"Aquí estaba yo preocupándome por mi viaje, mientras Dios me ayudaba durante todo el camino. Me hizo darme cuenta de que soy muy débil; mi valor sólo lo tomo prestado de Él, pero, oh, la paz que inundó mi alma… porque sé que Él nunca desfallece. Si pudiera, ahora no daría marcha atrás, porque creo que Dios se va a revelar de una manera maravillosa".
"Yo no era la primera elección de Dios por lo que he hecho en China. No sé quién fue… Debió ser un hombre bien educado. Tal vez murió. Tal vez no estaba dispuesto… y Dios miró hacia abajo y vio a Gladys Aylward… y Dios dijo: ‘Bueno, ella está dispuesta’".
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