Pregunta
¿Cómo debe responder un cristiano a toda la negatividad que hay ahí fuera?
Respuesta
La negatividad no es nada nuevo. Desde que Adán y Eva fueron expulsados del jardín, la vida ha sido difícil y nos hemos estado quejando de ello (Génesis 3:23). Por naturaleza, los seres humanos pecadores vivimos para nosotros mismos y nos quejamos cuando no se satisfacen nuestros deseos (Gálatas 5:19-20). Tendemos a defender nuestros "derechos", a exigir lo que queremos y a oponernos a cualquiera que no esté de acuerdo con nosotros. Esa combinación da como resultado un espíritu general de negatividad hacia el mundo y la vida en general. Es comprensible que aquellos que no conocen a Cristo sean negativos. No tienen esperanza de nada más allá de este mundo y su confusión. Pero la negatividad en la actitud de un cristiano significa que se niega a ver la vida desde la perspectiva de Dios. Cuando nos unimos a la hostilidad, el orgullo y las quejas, estamos reaccionando de la misma manera que los no creyentes.
Desafortunadamente, el pueblo de Dios muchas veces es tan culpable de negatividad y quejas como aquellos que no conocen a Dios. A menudo olvidamos las palabras de Jesús: "En el mundo tienen tribulación; pero confíen, Yo he vencido al mundo" (Juan 16:33, NBLA). La negatividad fue uno de los pecados más graves de los israelitas después de que Dios los sacara de Egipto, partiera el Mar Rojo y destruyera a sus enemigos con una sola ola (Éxodo 14:16-18). Sin embargo, tan pronto como los israelitas no consiguieron lo que querían, comenzaron a murmurar contra Dios (Números 14:27). En lugar de alegrarse por todo lo que Dios había hecho por ellos y confiar en que Él seguiría proveyendo, murmuraron y se quejaron. El Señor nos escucha cuando hacemos eso, y le desagrada mucho (1 Corintios 10:10-11; Juan 6:43).
Hay una diferencia entre entristecerse por el pecado y ser negativo. Alguien que está de acuerdo con Dios sobre la gravedad del pecado también está de acuerdo con Dios en que debemos hacer algo al respecto. Cuando Dios vio la desesperación malvada de la humanidad, hizo algo al respecto (Juan 3:16). Jesús vino a mostrarnos cómo es Dios y a involucrarse en nuestro mundo desordenado (Juan 14:9). No tuvo miedo de "remangarse y ensuciarse las manos" (2 Corintios 5:21). Como Su Cuerpo (1 Corintios 12:27), seguimos llevando a cabo la obra que Él nos mostró.
Los cristianos pueden contrarrestar la mentalidad pesimista con un enfoque de la vida amable, amoroso y lleno de fe (Efesios 4:32; 1 Juan 5:14). Podemos negarnos a dejarnos atrapar por la desesperanza y la mentalidad egoísta que es demasiado normal en el mundo (Filipenses 2:14-15). Podemos ofrecer luz en la oscuridad (Mateo 5:14), verdad en medio del engaño de Satanás (Juan 17:17) y esperanza frente a la desesperación (Salmo 43:5). Primera de Pedro 4:12-16 (NBLA) nos da algunas pautas claras sobre cómo enfrentar los problemas. Pedro dice: "Amados, no se sorprendan del fuego de prueba que en medio de ustedes ha venido para probarlos, como si alguna cosa extraña les estuviera aconteciendo. Antes bien, en la medida en que comparten los padecimientos de Cristo, regocíjense, para que también en la revelación de Su gloria se regocijen con gran alegría. Si ustedes son insultados por el nombre de Cristo, dichosos son, pues el Espíritu de gloria y de Dios reposa sobre ustedes...Que de ninguna manera sufra alguien de ustedes como asesino, o ladrón, o malhechor, o por entrometido. Pero si alguien sufre como cristiano, que no se avergüence, sino que como tal glorifique a Dios".
Los cristianos deben modelar un mejor enfoque de la vida. En las Bienaventuranzas (Lucas 6:20-23), Jesús nos dio una idea de esa vida mejor. Primera de Timoteo 4:12 (NBLA) nos dice que "sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, fe y pureza". Es importante tener siempre presente que, para el no creyente, este mundo representa lo más cercano al cielo a lo que jamás llegará. Para el cristiano, este mundo representa lo más cercano al infierno a lo que jamás llegará. Cuando vivimos con eso como nuestro enfoque, tenemos las herramientas para combatir la negatividad del mundo y modelar la vida abundante que Jesús vino a darnos (Juan 10:10).
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¿Cómo debe responder un cristiano a toda la negatividad que hay ahí fuera?