Pregunta
¿Cuáles son los Diez Mandamientos católicos?
Respuesta
Los Diez Mandamientos bíblicos, que se encuentran en Éxodo 20:1-17 y Deuteronomio 5:6-21, son los siguientes:
(1) "Yo soy el Señor tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre. No tendrás otros dioses delante de Mí" (Éxodo 20:2-3; cf. Deuteronomio 5:6-7).
(2) "No te harás ningún ídolo, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No los adorarás ni los servirás. Porque Yo, el Señor tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y muestro misericordia a millares, a los que me aman y guardan Mis mandamientos" (Éxodo 20:4-6; cf. Deuteronomio 5:8-10).
(3) "No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano, porque el Señor no tendrá por inocente al que tome Su nombre en vano" (Éxodo 20:7; cf. Deuteronomio 5:11).
(4) "Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, pero el séptimo día es día de reposo para el Señor tu Dios. No harás en él trabajo alguno, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el extranjero que está contigo. Porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, y reposó en el séptimo día. Por tanto, el Señor bendijo el día de reposo y lo santificó" (Éxodo 20:8-11; cf. Deuteronomio 5:12-15).
(5) "Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que el Señor tu Dios te da" (Éxodo 20:12; cf. Deuteronomio 5:16).
(6) "No matarás" (Éxodo 20:13; cf. Deuteronomio 5:17).
(7) "No cometerás adulterio" (Éxodo 20:14; cf. Deuteronomio 5:18).
(8) "No hurtarás" (Éxodo 20:15; cf. Deuteronomio 5:19).
(9) "No darás falso testimonio contra tu prójimo" (Éxodo 20:16; cf. Deuteronomio 5:20).
(10) "No codiciarás la casa de tu prójimo. No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo" (Éxodo 20:17; cf. Deuteronomio 5:21).
En el Catecismo Católico y en la mayoría de los documentos oficiales católicos, el primer y el segundo mandamiento se combinan para decir: "Yo soy el Señor tu Dios: no tendrás otros dioses delante de mí" (Catecismo de la Iglesia Católica, 2.ª ed., Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos-Libreria Editrice Vaticana, 1994, p. 496). Para que el número de mandamientos vuelva a ser diez, el décimo mandamiento se divide en dos: "No codiciarás la mujer de tu prójimo" y "No codiciarás las cosas de tu prójimo" (ibíd., p. 497).
No es necesariamente incorrecto que la Iglesia Católica combine el primer y el segundo mandamiento y divida el décimo mandamiento en dos mandamientos. Después de todo, los números del 1 al 10 no aparecen en ningún manuscrito hebreo antiguo que contenga los Diez Mandamientos. Técnicamente, el segundo mandamiento contiene dos mandamientos: "No te harás imagen tallada" y "No te postrarás ante ellas ni las servirás". Además, el décimo mandamiento contiene siete prohibiciones diferentes, pero relacionadas entre sí.
Es curioso que la Iglesia católica romana condense el segundo mandamiento como "No tendrás dioses ajenos delante de mí" y no mencione en sus resúmenes las imágenes talladas ni la prohibición de postrarse ante ellas. A menudo se acusa a la Iglesia católica de idolatría por su uso de imágenes e iconografía. Parecería que omitir las cláusulas de "imágenes talladas" y "adorarlas" de las formas abreviadas del catecismo invitaría a críticas continuas.
Las versiones más largas del catecismo oficial sí abordan la cláusula de la "imagen tallada", pero también defienden el uso de imágenes en la Iglesia. Por ejemplo, el comentario católico sobre el primer mandamiento dice: "La veneración cristiana de las imágenes no es contraria al primer mandamiento, que prohíbe los ídolos. De hecho, "el honor rendido a una imagen pasa a su prototipo" y "quien venera una imagen venera a la persona representada en ella"". El honor que se rinde a las imágenes sagradas es una "veneración respetuosa", no la adoración que solo se debe a Dios: la adoración religiosa no se dirige a las imágenes en sí mismas, consideradas como meras cosas, sino bajo su aspecto distintivo como imágenes que nos conducen a Dios encarnado. El movimiento hacia la imagen no termina en ella como imagen, sino que tiende hacia aquello cuya imagen es" (Catecismo de la Iglesia Católica, Librería Editora Vaticana, Ciudad del Vaticano, 1993, Parte 3, § 2, cap. 1, art. 1.IV, ¶ 2132).
Los antiguos israelitas lucharon mucho contra el pecado de la idolatría, y hasta el día de hoy la gente se ve tentada a centrar su atención en cosas hechas por manos humanas. Los dos primeros mandamientos son claros y explícitos en cuanto a que nuestra adoración debe dirigirse únicamente a Dios, sin utilizar imágenes "en forma de nada" (Éxodo 20:4). Ser prudente en este asunto parece ser la opción más sensata desde el punto de vista bíblico.
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