Pregunta
¿Quién fue Bernardo de Claraval?
Respuesta
Bernardo de Claraval fue un místico católico francés, monje de la orden cisterciense e influyente líder eclesiástico durante la Edad Media. Bernardo de Claraval representa vívidamente una etapa turbulenta en la historia del cristianismo occidental. El triunfo del cristianismo sobre el Imperio romano marcó también un largo proceso que conduciría, siglos después, a la Reforma protestante. Entre la caída de Roma y el surgimiento de la Reforma, diversos líderes se pronunciaron contra los cambios en la teología católica. Sin embargo, algunos de esos mismos líderes terminaron implicados en transformaciones similares a las que criticaban. Siglos después de su muerte, Bernardo de Claraval sería citado tanto por católicos como por protestantes en defensa de sus respectivas posturas.
Bernardo nació en el año 1090 d.C. en el seno de una familia perteneciente a la baja nobleza francesa. Con el tiempo ingresó en un monasterio, y su liderazgo le trajo tanto éxito como fama. Fue especialmente conocido por su elocuencia como escritor. Su himno "Oh, rostro ensangrentado" (O Sacred Head Now Wounded) es considerado hoy una obra maestra. También se le atribuye la autoría de la tradicional "Oración a la herida del hombro de Jesús". Su vida profundamente piadosa fue reconocida tanto por sus críticos como por sus seguidores. Bernardo tuvo una enorme influencia en la política y en el gobierno eclesiástico. Para el momento de su muerte, se le acreditaba la fundación de más de 300 monasterios, siendo el más famoso el de Claraval, en la frontera entre Borgoña y Champaña, Francia.
La elocuencia de Bernardo, sin embargo, a veces iba acompañada de cierta agresividad. Su tono hacia los oponentes teológicos podía ser duro. Su ascetismo extremo, que incluía privarse de alimento y de sueño, le ocasionó problemas de salud durante toda su vida. Aunque predicaba la humildad y practicaba la abnegación, también participaba constantemente en los más altos niveles de los asuntos eclesiásticos y políticos. Entre sus contribuciones se cuentan la redacción del marco básico para los Caballeros Templarios, la mediación en disputas papales y su influencia en la Segunda Cruzada.
La participación de Bernardo de Claraval en las Cruzadas se convirtió en la mayor mancha de su reputación. El Papa Eugenio III, antiguo discípulo suyo, solía quejarse de que la gente consideraba a Bernardo más papa que el propio papa. Aun así, Eugenio reconocía que el entusiasmo popular por una segunda cruzada era muy escaso, por lo que recurrió a Bernardo para dirigir una campaña pública a favor de la acción militar. Bernardo lo hizo con gran fervor, pero cuando la Segunda Cruzada terminó en un rotundo fracaso, gran parte de la culpa recayó sobre él.
Bernardo de Claraval fue uno de los primeros "reformadores", en el sentido de que se manifestó en contra de la creciente inclinación del catolicismo hacia el ritualismo y los sacramentos. Al igual que Anselmo de Canterbury antes que él, Bernardo promovía una fe más personal, espiritual y práctica. Fue un firme defensor de la práctica mística conocida como Lectio Divina, e hizo afirmaciones que sugerían una noción de justicia imputada y una forma de la doctrina de la sola fide (solo por la fe). Sus escritos sobre estos temas serían citados siglos más tarde por los reformadores protestantes para apoyar sus enseñanzas.
Al mismo tiempo, Bernardo apoyaba las indulgencias y fue un gran promotor de la mariología, escribiendo sobre la Virgen María y exaltando sus virtudes. En uno de sus sermones expresó: "Si las tentaciones te asaltan o te lanzas contra las rocas de la tribulación, mira la estrella: ¡invoca a María! Si eres sacudido por las olas del orgullo o la ambición, la difamación o la envidia, mira la estrella, invoca a María. Si la ira, la avaricia o los deseos de la carne embisten contra la nave de tu alma, fija tus ojos en María. Si, turbado por la enormidad de tus faltas, avergonzado por tu conciencia culpable, o aterrorizado por el juicio, comienzas a hundirte en la tristeza o en la desesperación, piensa en María. En los peligros, en las angustias, en las dudas, piensa en María, invoca a María. Que su nombre esté siempre en tus labios, siempre en tu corazón; y para obtener mejor la ayuda de sus oraciones, imita el ejemplo de su vida. Siguiéndola, no te extravías; invocándola, no desesperas; pensándola, no te pierdes; sostenido por ella, no caes; protegido por ella, no temes; guiado por ella, no te cansas; favorecido por ella, alcanzas la meta. Y así experimentas en ti mismo cuán bueno es aquel dicho: ‘Y el nombre de la Virgen era María’" (El Santo Nombre de María, parte V). Bernardo de Claraval claramente favorecía la visión de María como mediadora (Mediatrix). Según una leyenda católica, en 1146 Bernardo estaba orando en una catedral ante una imagen de María cuando, según el relato, la estatua cobró vida y la Virgen exprimió leche de su pecho derecho en la boca de Bernardo. Historias como esta contribuyeron a fortalecer el culto mariano durante la Edad Media.
Bernardo de Claraval murió en 1154, y la Iglesia católica lo canonizó unos 21 años después. Su fiesta se celebra el 20 de agosto. Como escritor, teólogo y figura pública, Bernardo de Claraval fue sin duda uno de los personajes más influyentes del cristianismo medieval.
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