Pregunta
¿Quién fue Agur, hijo de Jaqué (Proverbios 30)?
Respuesta
Proverbios 30:1 dice que las palabras de este capítulo son "palabras de Agur, hijo de Jaqué". Agur escribió "a Itiel y a Ucal" (NBLA); estos hombres podrían haber sido discípulos o amigos suyos, aunque algunas traducciones bíblicas interpretan estos nombres como expresiones, no como personas reales. La mayoría de los comentaristas cree que Agur vivió en la misma época que Salomón. No sabemos mucho más sobre él, salvo lo que puede deducirse de este único capítulo.
El nombre Agur proviene de una palabra hebrea que significa "recolector". Tanto Agur como Jaqué solo se mencionan en este pasaje y no se conocen fuera de él.
Los proverbios de Agur ofrecen una visión de sus reflexiones sobre la vida. Agur se sentía fatigado y agotado (versículo 1), no se consideraba sabio (versículos 2–4), y afirmaba que las palabras de Dios eran completamente verdaderas (versículos 5–6). En Proverbios 30, Agur hace una petición a Dios: que lo libre de la mentira y que no le dé ni riquezas ni pobreza (versículos 7–9).
Las enseñanzas de Agur incluyen una advertencia contra calumniar a los siervos (versículo 10) y una observación sobre cómo muchas personas se creen mejores de lo que realmente son (versículos 11–14). Luego presenta una serie de dichos numerados, entre ellos tres cosas que nunca se sacian: el vientre estéril, la tierra sedienta y el fuego que no se apaga (versículos 15–16). El versículo 17 añade que quien se burla de sus padres sufrirá juicio.
En los versículos 18–19, Agur enumera cuatro cosas que no logra comprender: el vuelo del águila en el cielo, la serpiente sobre la roca, el barco en alta mar y el proceder de un hombre con una mujer. Los versículos 21–23 mencionan cuatro cosas que hacen temblar la tierra: un esclavo que llega a ser rey, un necio que se sacia de comida, una mujer despreciada que se casa y una sierva que hereda el lugar de su señora. En los versículos 24–28, se destacan cuatro criaturas pequeñas que, sin embargo, son muy sabias: las hormigas, los tejones, las langostas y las lagartijas. Luego, los versículos 29–31 enumeran cuatro cosas majestuosas: el león, el gallo, el macho cabrío y el rey que marcha al frente de su ejército. Finalmente, los versículos 32–33 aconsejan que, si has sido necio al enaltecerte, es mejor que te detengas; además, advierten que provocar la ira no es sabio.
Estas observaciones simples pero profundas revelan varios aspectos del carácter de este hombre poco conocido llamado Agur. Por ejemplo, Agur reconocía que la sabiduría de Dios era mayor que la suya. Entendía la tentación que representan las riquezas. Sabía que muchos aspectos de la vida y de la creación de Dios seguirían siendo un misterio fuera de su comprensión. Y comprendía la importancia de controlar la ira, evitar la necedad y vivir para Dios. Anima a sus lectores a evitar una vida que deshonre a Dios y termine en juicio. En cambio, Agur promueve vivir con temor reverente hacia Dios y con consideración hacia los demás.
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¿Quién fue Agur, hijo de Jaqué (Proverbios 30)?
