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Pregunta

¿Cómo debe ver un cristiano el TDA y el TDAH?

Respuesta


La Guía de Psiquiatría de John Hopkins define el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) como "un trastorno crónico del desarrollo neurológico que implica un patrón persistente de falta de atención y/o hiperactividad/impulsividad que interfiere en el funcionamiento o el desarrollo" (www.hopkinsguides.com, consultado el 31/7/2024). Algunos utilizan la etiqueta TDA para referirse a los síntomas que implican principalmente falta de atención, pero el diagnóstico clínico sigue siendo TDAH. Para ser diagnosticado con TDAH, una persona debe verse afectada negativamente en dos o más entornos (por ejemplo, el hogar y la escuela). El comportamiento derivado del TDAH se diferencia de la falta de atención o hiperactividad normales en la infancia, así como de otros trastornos. El TDAH se considera un trastorno infantil, ya que los síntomas comienzan antes de los doce años, pero algunas personas no son diagnosticadas hasta la edad adulta. En la edad adulta, las personas con TDAH presentan síntomas diferentes a los que tenían en la infancia, y la gravedad de los síntomas puede disminuir.

En resumen, el TDAH es una anomalía cerebral y del desarrollo que provoca dificultades en la atención, el control de los impulsos y los niveles de actividad. Estas dificultades pueden dar lugar a otros problemas, como tensiones en las relaciones, dificultades en la escuela, problemas para regular las emociones e incluso un sentimiento de vergüenza o frustración. Dado que el TDAH afecta al cerebro, las personas que lo padecen no pueden simplemente "esforzarse más" para concentrarse o controlar su comportamiento. Sin embargo, aunque no existe cura, el TDAH se puede controlar; se ha demostrado que existen múltiples formas de apoyo que resultan beneficiosas. Por ejemplo, las estrategias de afrontamiento conductual, los ajustes en el entorno escolar o laboral, los hábitos de regulación emocional, la participación social, el ejercicio, la nutrición y la medicación pueden tener un impacto positivo. Las personas con TDAH o los padres de niños con TDAH deben colaborar con sus médicos, empleadores, maestros, terapeutas y otros recursos de salud para determinar las mejores intervenciones.

Con esa comprensión cultural del TDAH, ¿qué perspectiva nos ofrece la Biblia? En primer lugar, la Biblia dice que todos los seres humanos están hechos a imagen de Dios (Génesis 1:27). Las anomalías en el desarrollo, las diferencias físicas y los problemas de comportamiento o mentales nunca cambiarán este hecho. Los seres humanos tienen una dignidad y un valor inherentes simplemente por haber sido creados a imagen de Dios, y esto es válido para todos los seres humanos, independientemente de cualquier etiqueta terrenal.

Debido a la realidad de la caída (Génesis 3), esperamos cosas como anomalías cerebrales, enfermedades, dificultades relacionales y similares. La existencia del TDAH no es una sorpresa dentro del marco bíblico. Tampoco es una sorpresa que Dios haya proporcionado medios de ayuda. En Su gracia, Dios ha dado a la humanidad formas de mitigar los efectos de la caída. Como cristianos, podemos alegrarnos por las investigaciones médicas sólidas y las intervenciones probadas. Por supuesto, también debemos ser usuarios conscientes. Cada campo de investigación tiene una cosmovisión particular. Debemos tener cuidado de asegurarnos de que lo que se caracteriza como "salud" esté de acuerdo con la verdad bíblica. Incluso dentro de los campos de la medicina y la psicología, el diagnóstico y el tratamiento del TDAH son objeto de debate. Sé prudente y deliberado en la búsqueda del mejor tratamiento para tu caso (Proverbios 18:17; 1 Timoteo 4:1-10; 2 Timoteo 4:1-5; 1 Juan 2:15-17; 4:1-3).

También sabemos que estamos íntimamente conectados con la realidad espiritual. El TDAH no es simplemente una diferencia cerebral o un desafío de atención o impulso que se debe manejar sin pensar en su impacto espiritual. Las personas con TDAH necesitan el evangelio y el discipulado tanto como las que no lo tienen. Los creyentes que tienen TDAH no son en absoluto inferiores. Todos los que están en Cristo, independientemente de su origen o distinción cultural, son hijos de Dios por la fe (Gálatas 3:26-29). El Espíritu Santo mora en todos los que han confiado en Cristo (Romanos 8:9-17). Él ayuda a los creyentes a conocer, amar y obedecer a Dios. El Espíritu Santo también proporciona consuelo en nuestras dificultades (Romanos 8:18-30). Todos los creyentes tienen acceso a Dios en la oración y se les exhorta a orar con regularidad (Filipenses 4:4-8; 1 Tesalonicenses 5:17; Hebreos 4:14-16). ¡Los creyentes con TDAH no están solos en absoluto!

Los creyentes no solo tienen al Espíritu Santo morando en ellos y acceso a Dios en oración, sino que también tienen la Palabra de Dios para ayudarles a saber quién es Él, quiénes son ellos y cómo deben vivir. Estudiar la Biblia es importante para todos los que quieren crecer en Cristo. Además, nos tenemos los unos a los otros. Todos los creyentes, independientemente de cualquier distinción terrenal, necesitan el cuerpo de Cristo (Hebreos 10:19-25; Efesios 4:11-16).

El llamado para todos los creyentes se resume en el mandamiento de amar a Dios y amar a los demás (Mateo 22:37-40; Juan 13:34-35; 1 Juan 3:23; 4:13-21). Las Escrituras nos asignan el deber: "presenten sus cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es el culto racional de ustedes. Y no se adapten a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente, para que verifiquen cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno y aceptable y perfecto" (Romanos 12:1-2). Debemos dar muerte a nuestro pecado (Mateo 5:29-30; Colosenses 3:5-8) y participar en la obra de santificación del Espíritu (Filipenses 2:12-13; 1 Pedro 1:3-25). Todos tenemos dones espirituales que debemos usar para el beneficio de la iglesia (1 Corintios 12). Todos estamos llamados a vivir vidas que reflejen la realidad de quién es Dios (Colosenses 3; Efesios 4; Gálatas 5).

La forma en que sigamos el llamado de Dios será diferente en cada creyente. Hay una multitud de métodos para amar a los demás con el amor ágape de Dios (1 Corintios 13). Decir la verdad se puede hacer de muchas maneras (Efesios 4:15, 29). El camino de Cristo está abierto a todos los que están en Él; un diagnóstico de TDAH no cambiará eso.

Algunos piensan que el TDAH es solo una barrera y descuidan ver las ventajas únicas que puede aportar. Pero considera las formas en que un mayor nivel de energía podría facilitar la invitación a otros a la fe. Las personas con TDAH pueden ser más propensas a hacer preguntas que resultan útiles para los demás. Hay creatividad en el desarrollo de estrategias efectivas para afrontar los problemas, y ese proceso puede ayudar a las personas con TDAH a pensar de forma innovadora o a adaptarse más fácilmente a otras culturas. Al haber experimentado dificultades, las personas con TDAH pueden ser más empáticas y amables de forma natural (2 Corintios 1:3-7).

Como creyentes, debemos soportarnos unos a otros con amor (Colosenses 3:13-14; Efesios 4:32) y ayudarnos a llevar las cargas unos de otros (Gálatas 6:2). Manejar el TDAH puede resultar agotador, desalentador y solitario. Los creyentes pueden acompañarse unos a otros para ayudar a aliviar las cargas, decir la verdad y animarse mutuamente a seguir adelante. Todos debemos tener cuidado de no poner obstáculos a los demás con nuestras palabras, expectativas o comportamientos (Efesios 6:4; Romanos 14). Hacemos bien en seguir las instrucciones de Pablo: "animen a los desalentados, sostengan a los débiles y sean pacientes con todos" (1 Tesalonicenses 5:14).

Recursos:

www.mayoclinic.org/diseases-conditions/adhd/symptoms-causes/syc-20350889

www.mayoclinic.org/diseases-conditions/adult-adhd/symptoms-causes/syc-20350878

https://mcpress.mayoclinic.org/parenting/busting-adhd-myths-helping-parents-better-understand-what-adhd-can-look-like-and-how-it-can-be-managed/

www.health.harvard.edu/blog/5-things-parents-and-teachers-need-to-know-about-adhd-2017102712643

www.hopkinsguides.com/hopkins/view/Johns_Hopkins_Psychiatry_Guide/787036/all/Attention_Deficit___Hyperactivity_Disorder

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