Pregunta
¿Qué es la simplicidad divina?
Respuesta
La simplicidad divina es el concepto de que Dios no existe en partes sino que está completamente unificado, sin atributos distintos, y cuya existencia es sinónima de Su esencia. La doctrina de la simplicidad divina está relacionada con las doctrinas de la aseidad divina, la trascendencia y la unidad. Agustín, Anselmo y Aquino definieron y promovieron la doctrina.
Según la simplicidad divina, tal como se entiende tradicionalmente, Dios es el centro de todos los atributos divinos, sin forma ni representación física. La simplicidad divina es el argumento de que Dios no posee cualidades; Él es esas cualidades. Por ejemplo, Dios no tiene existencia; Él es la existencia misma. La omnisciencia no es algo que Dios tiene; Dios es la omnisciencia. Primera Juan 4:16 dice, en parte, “Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.” La simplicidad divina ve esa declaración como una validación del punto de que Dios no posee atributos amorosos; más bien, Él define el concepto mismo de amor.
Además, la simplicidad divina enseña que lo que parecen ser los diversos rasgos de Dios en realidad son indivisibles e indistinguibles. El amor de Dios es lo mismo que Su misericordia, que es lo mismo que Su conocimiento, que es lo mismo que Su justicia. Esto tendría que ser cierto, debido al principio de transitividad: si a = b y a = c, entonces b = c (si Dios = amor y Dios = existencia, entonces amor = existencia).
Los teístas tradicionales (aquellos que creen que un Dios o dioses sí existen) y los deístas (aquellos que creen que Dios creó el universo y luego lo dejó solo) pueden tener pocas objeciones al concepto de la simplicidad divina, pero hay algunas dificultades serias con él. El Dr. William Lane Craig ha diseccionado las cuatro afirmaciones principales de la simplicidad divina (www.reasonablefaith.org/divine-simplicity, accedido el 5/6/2017):
1. Dios no es distinto de Su naturaleza. Esta afirmación puede ser aceptada como verdadera porque también describe a los ángeles. Los seres celestiales son quienes son, sin naturaleza pecaminosa y las cualidades que siguen a esa naturaleza pecaminosa.
2. Las propiedades de Dios no son distintas entre sí. Esta afirmación no puede ser verdadera, porque Dios es una Persona, aunque sea Espíritu, y como tal expresa diferentes características en diferentes situaciones. Por ejemplo, el rechazo y la aceptación no pueden estar presentes simultáneamente. Dios rechazó a Eliab como rey (1 Samuel 16:7). No podría al mismo tiempo aceptar a Eliab como rey. Esas propiedades son distintas entre sí. Además, la existencia no puede ser idéntica a la omnisciencia, ya que hay muchas cosas que existen pero no son omniscientes.
3. La naturaleza de Dios no es distinta de Su existencia. Esta afirmación también es problemática. La existencia es una característica de Dios, pero no define a Dios. Si la naturaleza de Dios fuera idéntica a Su existencia, entonces Él sería simplemente el acto de existir; en otras palabras, Dios no tendría realmente esencia alguna. Esta idea, dice Craig, “es ininteligible.”
4. Dios no tiene propiedades distintas de Su naturaleza. Esta afirmación parece ser la más problemática, ya que implica que las cualidades de Dios, incluyendo las elecciones que Él hace, existen sin relación con elementos externos. Por ejemplo, Dios quiso que el Hijo muriera por el pecado (Isaías 53:10). Pero surge la pregunta, ¿qué pasa si Dios no hubiera creado el mundo? ¿La muerte del Hijo seguiría siendo parte de la voluntad de Dios? La simplicidad divina dice que sí, porque Su naturaleza no cambiaría.
La simplicidad divina es verdadera en el sentido de que Dios es lo suficientemente simple como para que un niño lo acepte (Lucas 18:17). Pero su naturaleza es compleja y multifacética. Como se ha dicho, si Dios fuera lo suficientemente pequeño como para caber dentro del cerebro humano, no sería lo suficientemente grande como para ser Dios.
El problema principal con el concepto de simplicidad divina es que representa al Señor como una idea, en lugar de una Persona. La Persona de Dios se nos presenta en términos humanos, no metafísicos. Él se llama Padre (2 Corintios 6:18). Utiliza comparaciones terrenales para describir Sus atributos (Lucas 13:34; Oseas 1:2). Y Él documenta su rango de emoción y respuestas a nuestra obediencia o rechazo a Él (2 Reyes 22:17; Sofonías 3:17). Cuando Jesús vino a la tierra (Filipenses 2:4-11), deshizo cualquier idea de que Dios fuera simplemente un concepto. Jesús trajo la complejidad del Creador a una humilde casa de carpintero, con manos y pies, ojos y boca. Nos mostró cómo es Dios, y la fe significa que lo tomamos en Su palabra (Juan 10:30; 14:9-11).
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