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Pregunta: "¿Por qué es tan importante el nacimiento virginal?"

Respuesta:
La doctrina del nacimiento virginal enseña que Jesucristo nació de una virgen. Es decir, cuando María concibió a Jesús, nunca había tenido relaciones sexuales. Por lo tanto, el nacimiento de Jesús fue un verdadero milagro. El nacimiento virginal de Jesús es una doctrina sumamente importante y que la Biblia enseña claramente en Mateo 1:23 y Lucas 1:27, 34.

Veamos cómo describen las Escrituras el nacimiento virginal. El ángel Gabriel visita a la Virgen María para darle la noticia de que sería la madre del Mesías. María pregunta: "¿Cómo será esto? pues no conozco varón" (Lucas 1:34). La respuesta de Gabriel indica la naturaleza milagrosa de la concepción: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios" (Lucas 1:35). El ángel no menciona ningún acto humano, sino al Espíritu Santo y al poder de Dios como artífices del nacimiento de Jesús. Jesús sería llamado propiamente Hijo de Dios.

Posteriormente, Gabriel repite la noticia a José, el prometido de María: "lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es" (Mateo 1:20). José necesitaba esta información porque, "antes que se juntasen, se halló que [María] había concebido del Espíritu Santo" (Mateo 1:18). Aceptando la palabra de Dios al respecto, José aceptó a María como esposa, pero ella permaneció virgen hasta después del nacimiento de Jesús: "no la conoció hasta que dio a luz a su hijo" (Mateo 1:25).

Los escritores de los evangelios son juiciosos en su redacción para mantener la doctrina del nacimiento virginal. En su genealogía de Jesús, Lucas menciona que Jesús era "hijo (como se suponía) de José" (Lucas 3:23). En su genealogía, Mateo evita cuidadosamente llamar a José padre de Jesús; más bien, habla de "Jacob padre de José, esposo de María, y María fue la madre de Jesús, llamado el Mesías" (Mateo 1:16).

El nacimiento virginal de Jesucristo se predijo en el Antiguo Testamento: "el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel" (Isaías 7:14, citado en Mateo 1:22). También hay una posible alusión al nacimiento virginal en Génesis 3:15, donde se dice que la "semilla" de "la mujer" destruiría a la serpiente.

La Biblia enseña la preexistencia del Hijo eterno de Dios. En Isaías 9:6, el niño que es "nacido" es también el hijo que es "dado". De la misma manera, Gálatas 4:4 también enseña la preexistencia y el nacimiento virginal de Cristo: "Dios envió a su Hijo, nacido de mujer". El nacimiento virginal es importante porque fue el medio por el que "el Verbo se hizo carne" (Juan 1:14). La encarnación es cuando el Hijo eterno de Dios tomó forma humana; sin perder nada de Su naturaleza divina, añadió una naturaleza humana. Ese acontecimiento milagroso, que cambió la historia, tuvo lugar en el vientre de la Virgen María.

En el nacimiento virginal intervinieron lo inmaterial (el Espíritu) y lo material (el vientre de María). Así como en el momento de la creación "la tierra estaba desordenada y vacía" y oscura (Génesis 1:2), el vientre de María era un lugar vacío y estéril. Y del mismo modo que, en el momento de la creación, "el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas" (Génesis 1:2), el Espíritu de Dios vino sobre María (Lucas 1:35). Sólo Dios puede hacer algo de la nada; sólo Dios pudo realizar los milagros de la creación, la encarnación y el nacimiento virginal.

El nacimiento virginal es importante porque preserva la verdad de que Jesús es completamente Dios y completamente hombre al mismo tiempo. Su cuerpo físico lo recibió de María. Sin embargo, Su naturaleza eterna y santa le pertenecía desde la eternidad (ver Juan 6:69). José el carpintero no transfirió su naturaleza pecaminosa a Jesús por la sencilla razón de que José no era el padre. Jesús no tenía naturaleza pecaminosa (Hebreos 7:26).

El nacimiento virginal de Jesús es un ejemplo de la obra de gracia de Dios a nuestro favor. Dios tomó la iniciativa-María no buscaba quedar embarazada-todo fue idea de Dios. José no tuvo ningún papel en la concepción -su cuerpo no participó- así que el poder tuvo que venir de Dios. Del mismo modo, nuestra salvación depende únicamente de la iniciativa y el poder de Dios: nosotros no buscamos a Dios, sino que Él nos buscó a nosotros; y nosotros no hicimos nada para ganarnos la salvación, ya que dependemos del poder de Dios.

Como era de esperar, los enemigos de Jesús entre Sus contemporáneos negaron Su nacimiento virginal. Llegaron incluso a acusar públicamente a Jesús de ser samaritano, es decir, mestizo (Juan 8:48). Los que hoy niegan el nacimiento virginal contradicen la clara enseñanza de las Escrituras, ponen en duda otros milagros registrados en la Biblia y abren la puerta para negar la total deidad o humanidad de Cristo.

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