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Pregunta

¿Es la Biblia realmente la Palabra de Dios?

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Respuesta


Nuestra respuesta a esta pregunta no sólo determinará cómo vemos la Biblia y su importancia para nuestras vidas, sino que también tendrá un impacto eterno en nosotros. Si la Biblia es realmente la Palabra de Dios, entonces debemos apreciarla, estudiarla, obedecerla y confiar plenamente en ella. Si la Biblia es realmente la Palabra de Dios, entonces es la autoridad final para todos los asuntos de fe, práctica y moralidad. Si la Biblia es la Palabra de Dios, desestimarla es desestimar a Dios mismo.

El que Dios nos haya dado la Biblia es una prueba de Su amor por nosotros. Dios le comunicó a la humanidad cómo es Él y cómo podemos tener una relación correcta con Él. Estas son cosas que no podríamos haber sabido si Dios no nos las hubiera revelado divinamente en la Biblia. La Biblia contiene todo lo que la humanidad necesita saber sobre Dios para tener una relación correcta con Él.

¿Cómo podemos saber que la Biblia es la Palabra de Dios y no sólo un buen libro? ¿Qué tiene la Biblia que la distingue de todos los demás libros que se han escrito? ¿Existe alguna prueba de que la Biblia es realmente la Palabra de Dios? Este tipo de preguntas hay que examinarlas detenidamente. No cabe duda de que la Biblia afirma ser la Palabra de Dios. Esto se ve en el elogio de Pablo a Timoteo: "y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra" (2 Timoteo 3:15-17).

Existen evidencias tanto internas como externas de que la Biblia es verdaderamente la Palabra de Dios.

Evidencias internas de que la Biblia es la Palabra de Dios
Las evidencias internas son aquellas cosas dentro de la Biblia que dan testimonio de su origen divino. Una evidencia interna de que la Biblia es verdaderamente la Palabra de Dios es su unidad. Aunque en realidad son sesenta y seis libros individuales, escritos en tres continentes, en tres idiomas diferentes, a lo largo de un periodo de aproximadamente 1.500 años, por más de 40 autores que procedían de diferentes contextos sociales, la Biblia sigue siendo un libro unificado de principio a fin, sin contradicciones. Esta unidad es única respecto a todos los demás libros y es una prueba del origen divino de las palabras que Dios hizo que los hombres registraran.

Otra evidencia interna que indica que la Biblia es verdaderamente la Palabra de Dios es la profecía. La Biblia contiene cientos de profecías detalladas relacionadas con el futuro de varias naciones, ciertas ciudades y toda la humanidad. Otras profecías se refieren a la venida del Mesías, el Salvador de todos los que creerían en Él. A diferencia de las profecías de otros libros religiosos o de hombres como Nostradamus, las profecías bíblicas son extraordinariamente detalladas. Hay más de trescientas profecías relativas a Jesucristo en el Antiguo Testamento. No sólo se profetizó Su descendencia y dónde nacería, sino también cómo moriría y que resucitaría. Sencillamente, no hay otra forma lógica de explicar el cumplimiento de las profecías de la Biblia que no sea citando su origen divino. No hay ningún otro libro religioso que contenga la cantidad de profecías detalladas y predictivas que contiene la Biblia.

Una tercera prueba interna del origen divino de la Biblia es su autoridad y poder sin igual. Aunque esta prueba es más subjetiva que las dos primeras, no deja de ser un poderoso testimonio de que la Biblia es la Palabra de Dios. La autoridad de la Biblia no se parece a la de ningún otro libro que se haya escrito jamás. Este poder se ve en la forma en la que innumerables vidas han sido transformadas de forma sobrenatural. Drogadictos han sido completamente curados por ella, homosexuales han sido liberados por ella, vagabundos y vividores han sido transformados por ella, criminales endurecidos han sido reformados por ella, pecadores han sido reprendidos por ella, y el odio se ha convertido en amor por la Biblia. Efectivamente, la Biblia tiene un poder dinámico y transformador que sólo es posible gracias a que es realmente la Palabra de Dios.

Evidencias externas de que la Biblia es la Palabra de Dios
También hay evidencias externas que indican que la Biblia es verdaderamente la Palabra de Dios. Una es la historicidad de la Biblia. Ya que la Biblia detalla hechos históricos, su exactitud está sujeta a verificación como cualquier otro documento histórico. Mediante pruebas arqueológicas y escritos extrabíblicos, los relatos históricos de la Biblia han demostrado una y otra vez su exactitud y veracidad. De hecho, todas las pruebas arqueológicas y manuscritas que respaldan la Biblia la convierten en el libro mejor documentado del mundo antiguo. El hecho de que la Biblia registre con exactitud hechos históricamente verificables ayuda a corroborar su afirmación de ser la mismísima Palabra de Dios y respalda la confianza respecto a otros asuntos que trata la Biblia.

Otra prueba externa de que la Biblia es verdaderamente la Palabra de Dios es la integridad de sus autores humanos. Al estudiar la vida de los autores de las Escrituras, comprobamos que eran honrados y sinceros. El hecho de que estuvieran dispuestos a morir muchas veces de forma atroz por lo que creían, demuestra que estos hombres creían de verdad que Dios les había hablado. Los hombres que escribieron el Nuevo Testamento y muchos cientos de otros creyentes (1 Corintios 15:6) conocían la verdad de su mensaje porque habían pasado tiempo con Jesucristo después de que resucitara de entre los muertos. El ver a Cristo resucitado tuvo un tremendo impacto en ellos. Pasaron de esconderse con miedo a estar dispuestos a morir por el mensaje que Dios les había revelado. Sus vidas y sus muertes dan testimonio de que la Biblia realmente es la Palabra de Dios.

Otra evidencia externa de que la Biblia es en realidad la Palabra de Dios es su indestructibilidad. La Biblia ha sufrido más ataques despiadados e intentos de destruirla que cualquier otro libro en la historia. Desde los primeros emperadores romanos como Diocleciano, pasando por los dictadores comunistas, hasta los ateos de hoy en día, la Biblia ha resistido el ataque constante de sus detractores. Sin embargo, sigue siendo el libro más publicado del mundo.

A lo largo de la historia, los escépticos han considerado que la Biblia era mitológica, pero la arqueología ha confirmado que es histórica. Los detractores han considerado sus enseñanzas primitivas y anticuadas, pero sus conceptos morales y jurídicos han influido positivamente en las sociedades de todo el mundo. Sigue siendo atacada por la pseudociencia, la psicología y los movimientos políticos, pero sigue siendo tan verdadera y relevante hoy como lo fue cuando se escribió por primera vez. Esto no debería sorprendernos. Después de todo, Jesús dijo: "El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán" (Marcos 13:31).

La Biblia, única entre los libros, ha transformado innumerables vidas e influido en culturas enteras. Después de examinar las pruebas, se puede afirmar sin lugar a dudas que Dios ha hablado y que, sí, la Biblia es en verdad la Palabra de Dios.

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